Para Memorizar: “Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa” (Hech. 11:18).
Lee Para el Estudio de esta Semana: Gál. 2:1-14, 1 Cor. 1:10-13, Gén. 17:1-21, Juan 8:31-36, Col. 3:11.
El reformador protestante Juan Calvino creía que la desunión y la división eran la estratagema principal del diablo contra la iglesia, y advirtió que los cristianos deberían evitar el cisma como la plaga. Pero ¿debería preservarse la unidad a costo de la verdad? Imagina si Martín Lutero, el padre de la Reforma protestante, hubiera escogido, en nombre de la unidad, retractarse de su postura sobre la salvación solamente por la fe cuando fue llevado a juicio en la Dieta de Worms.
“Si el reformador hubiera cedido en un solo punto, Satanás y sus ejércitos habrían ganado la victoria. Pero la inquebrantable firmeza de él fue el medio de emancipar a la iglesia y de iniciar una era nueva y mejor” (CS 153).
En Gálatas 2:1-14, encontramos al apóstol haciendo todo lo que está en su poder para mantener la unidad del círculo apostólico en medio de los intentos de destruirlo por parte de algunos creyentes. Pero, por más importante que era esa unidad para Pablo, se rehusó a permitir que la verdad del evangelio fuera traicionada para alcanzarla. Aunque hay lugar para la diversidad dentro de la unidad, el evangelio nunca debe ser traicionada en el proceso.