Hemos convertido en un espectáculo para el mundo entero, tonto para la gente como para los ángeles» (1 Corintios 4:9, NTV).
Jack Dorsey envió su primer tuit (y el primero de la historia) en marzo de 2006, aunque Twitter fue presentado públicamente el 15 de julio de ese año. Ese día, se enviaron 224 tuits. Hoy, se envía esa misma cantidad en mucho menos que una décima de segundo. Se estima que tiene más de 500 millones de usuarios, genera 65 millones de tuits al día y maneja más de 800.000 peticiones de búsqueda diarias.
«Twitter» remite a «tuit», como el pío de un pájaro, por lo que la definición de un tuit es «una corta ráfaga de información intrascendente’! Lo de «corta» alude al límite de 140 caracteres como máximo; «Información intrascendente» indica.. bueno… quien tenga una cuenta en Twitter puede dar fe de ello. En 2009, la empresa de investigación de mercado Pear Analytics, de San Antonio, Texas, analizó 2.000 tuits (procedentes de los Estados Unidos y en inglés) durante dos semanas, y los discriminó en seis categorías. Los resultados son reveladores:
Cháchara sin sentido: 40%.
Conversaciones: 38%.
Retuits (RT) o mensajes reenviados: 9%.
Autopromoción: 5%.
Mensajes basura (spam): 4%. Noticias: 4%.
La juventud no es inmune a las redes sociales. Frecuentemente nos dejamos llevar por la corriente, y nos amoldamos a las reglas de juego que plantean estas redes sociales. Pero podemos re direccionar sus objetivos generales, si nos lo proponemos, para ser una luz en medio de las tinieblas; podemos dar esperanza y buenas nuevas donde otros solo van a buscar el mal o el egoísmo.
Sin embargo, no debemos imaginarnos Twitter o Facebook como un púlpito de predicación; solo levantaríamos prejuicios. Si los imaginamos más como una mesa para conversar y charlar, podremos entrar en sintonía con las personas y dejar caer nuestro mensaje aquí y allá. Al demostrar amor incondicional, simpatía Y coherencia, podremos hacer que otros se interesen en nuestro mensaje. Muchas veces, basta con dejar un enlace para que otros vean un video o lean un artículo interesante con nuestro mensaje. Interesarnos en las necesidades de los demás, no solo las espirituales, también puede ayudar. Eso dará más resultado que publicar un sermón.
Hoy, que tu canto del pájaro (tu tuit) sea de esperanza y salvación. MB