«Aparecerán muchos falsos profetas, y engañarán a mucha gente. Habrá tanta maldad, que la mayoría dejará de tener amor hacia los demás. Pero el que siga firme hasta el fin, se salvará.
Y esta buena noticia del reino será anunciada en todo el mundo, para que todas las naciones la conozcan; entonces vendrá el fin».Mateo 24: 11-14, LPH .
LA MALDAD REINANTE será tanta que el amor de mucha gente se enfriará» (Mat. 24: 12, LPH). La propia atmósfera está contaminada de pecado. Pronto los hijos de Dios serán probados mediante intensas pruebas, y muchos de aquellos que ahora parecen ser sinceros y fieles resultarán ser vil metal vacío. En vez de ser fortalecidos y confirmados por la oposición, las amenazas y los ultrajes, se pondrán cobardemente del lado de los opositores. La promesa es: «Yo honraré a los que me honran» (1 Sam. 2: 30). […]
Los juicios de Dios están cayendo ya sobre la tierra, lo cual se manifiesta en temPestades, inundaciones, tormentas, terremotos, catástrofes terrestres y marítimas. El gran Yo Soy está hablando a aquellos que anulan su ley. Cuando la ira de Dios se derrame sobre la tierra, ¿quién podrá subsistir?
Ahora es cuando los hijos de Dios deben mostrarse fieles a los buenos principios.
Cuando la religión de Cristo sea más despreciada, cuando su ley sea más menoscabada, entonces deberá ser más ardiente nuestro celo, y nuestro valor y firmeza más inquebrantables. Permanecer firmes en defensa de la verdad y la justicia cuando la mayoría nos abandone, pelear las batallas del Señor cuando los combatientes sean Pocos, esto será nuestra prueba. Ahora es cuando debemos obtener calor de la frialdad de los demás, valor de su cobardía y lealtad de su traición.— Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 127-128.