“Mujer ejemplar no es fácil hallarla; ¡vale más que las piedras preciosas! […] Los encantos son una mentira, la belleza no es más que Ilusión, pero la mujer que honra al Señor es digna de alabanza” (Proverbios 31:10,30).
Estábamos en Egipto, frente a las pirámides, buscando regalos de Navidad y recuerdos para nuestros familiares, cuando el hombre que administraba una tienda de perfumes y aceites egipcios le ofreció a Greg mil camellos por mí. Yo estaba en camiseta y pantalones cortos (ropa muy escasa para una mujer en esa parte del mundo), y aparentemente aquel hombre pensó que yo sería una buena esposa. E hizo una oferta por mí.
Al principio le ofreció a Greg cien camellos. Greg se rio, como si se tratara de una broma, pero él lo tomó como si hubiera sido muy poco y elevó su oferta a mil camellos. A Greg le encanta recordarme este Incidente cada vez que tenemos una discusión. “Mujer, ¡yo podría haber recibido mil camellos por ti!”.exclama. (¿Qué haría Greg con un camello? Pues ¡imagínate con mil!)
Aparentemente, una buena esposa siempre ha sido difícil de encontrar. El último capítulo de Proverbios dice que, cuando encuentras una, vale más que las piedras preciosas y, probablemente, más que mil camellos también.
Veamos, entonces, qué significa ser una buena esposa. La esposa perfecta se levanta antes del amanecer, cocina para su familia, hace vestidos de lino y luego los vende en la puerta de la ciudad. También trabaja mucho de noche y hace buenas obras, como ayudar a los necesitados; instruye fielmente a sus hijos en la preparación para los tiempos difíciles y a abstenerse de la pereza. Pero, su característica más importante está escrita en el versículo de hoy: honra y respeta al Señor.
En el futuro, la mitad de los que están leyendo esto estarán buscando la esposa perfecta y la otra mitad estarán tratando de ser esa esposa perfecta. Sin embargo, en lugar de esperar la perfección en todos los ámbitos de la vida, busca primero la cualidad que más importa: honrar y respetar al Señor. Trata de cultivarla en tu vida. Recuerda: si tú estás buscando una persona piadosa, los demás también la están buscando. Conviértete en el tipo de persona que andas buscando.