Después de asegurarse de que sus lectores tuvieran “memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles” (2 Ped. 3:2), Pedro llega a su advertencia específica. Quizá, sabiendo cuán peligrosa sería esta enseñanza, quiso asegurarse de transmitir la autoridad con la que estaba escribiendo.
Lee 2 Pedro 3:3 y 4. ¿Qué argumentos presentarán los que son escépticos respecto del regreso de Cristo?
Hay una similitud importante entre aquellos que promueven una falsa libertad y aquellos que expresarán escepticismo en relación con la segunda venida. Los del primer grupo, “siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia” (2 Ped. 2:10); mientras que aquellos que niegan el regreso de Cristo andan “según sus propias concupiscencias” (2 Ped. 3:3). (No es simple coincidencia que las pasiones pecaminosas pueden llevar a falsas enseñanzas, ¿verdad?)
Los burladores, advirtió Pedro, harán una pregunta específica: “¿Dónde está la promesa de su advenimiento?” (2 Ped. 3:4). Al hacerlo, desafiarán la antigua y constante creencia de los cristianos de que Jesús regresará a esta Tierra, y que lo hará pronto. Después de todo, y especialmente porque está hablando acerca de los últimos días, estos burladores presentarán la innegable realidad de que muchos cristianos han muerto y las cosas permanecen igual que siempre.
Superficialmente, no es una pregunta irracional. Inclusive al santo Enoc, según escribe Elena de White, le parecía que “los justos y los impíos se convertirían igualmente en polvo, y que ese sería su fin” (PP 73), y eso lo atribulaba. Si incluso Enoc, que vivió antes del diluvio, luchaba con esta pregunta, ¿cuánto más aquellos que vivirían durante los miles de años subsiguientes, especialmente durante los “los postreros días”?
¿Y qué de nosotros, hoy, como adventistas del séptimo día? Nuestro mismo nombre promueve la idea del segundo advenimiento de Cristo. Y, sin embargo, aún no ha venido. Mientras, también debemos enfrentar burladores, así como lo había predicho Pedro.
En tu propia experiencia de fe, ¿de qué modo lidias con el hecho de que Cristo aún no ha regresado? Lleva tu respuesta a la clase el sábado.