«¡Tú bendices al pueblo donde todo esto se cumple! ¡Tú bendices al pueblo que te reconoce como su Dios!». salmo 144: 15, TIA.
EL HOGAR EN EL CUAL REINA EL AMOR Y donde encuentra expresión en las miradas, en las palabras y en los actos, allí los ángeles quieren morar.
Que el rayo de la luz del amor, de la alegría y del gozoso contentamiento entre en nuestro corazón, y que su dulce influencia inunde nuestro hogar. La atmósfera así creada será para los niños como el aire y el sol para la hierba y las flores, y promoverá la salud de la mente y del cuerpo.— Review and Herald, 13 de Abril de 1897, adaptado.
Eduquemos el corazón en la alegría, la gratitud y la expresión de gracias a Dios por el gran amor con que nos ha amado. […] La alegría cristiana es la belleza misma de la santidad.— The Youth’s Instructor, 11 de Julio de 1895.
Mientras el pesar y la ansiedad no pueden remediar un solo mal, pueden causar muchísimo daño; en tanto que la alegría y la esperanza, a la vez que iluminan el sendero a los demás, «son vida a los que las hallan y medicina a todo su cuerpo» (Prov. 4: Signs ofthe Times, 12 de Febrero de 1885.
La salud de los jóvenes requiere ejercicio, alegría y que los rodee un ambiente agradable y placentero, para el desarrollo de la salud física y de un buen carácter.-— Fundamentals of Christian Education, p. 114.
El Señor desea que, como hijos de luz, cultivemos un espíritu animoso y feliz, a fin de que proclamernos las alabanzas «de Aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable» (1 Ped. 2: El hogar cristiano, cap. 70, p. 411 (1894).