¡Tú eres mi refugio, ¡mi Dios, en quien confío! Salmo 91:2.
(Necesitarás tu colchita o juguete preferido.)
Pamela tenía una colchita favorita. Era caliente y suave. La llevaba a todos lados. Cuando su mamá la colocaba en al cesto de la ropa sucia, Pamela iba y la sacaba. ¡No podía estar sin su colcha!
—¡Pamela, esa colcha está sucia, tenemos que lavarla! ¡Puedes usar otra! —decía su mamá.
Pero Pamela prefería esperar a que su colchita se secara antes que usar otra. Como la tenía desde que había nacido, ahora que Pamela había cumplido cuatro años, la colchita ya estaba percudida y rota por todos lados, pero aun así dormía con ella.
La mamá tuvo que decir a Pamela que ya no podría conservar su colchita, porque estaba muy rota. Le cortó un pedacito para que lo conservara. Así, cada noche Pamela ya no dormía con toda la . colcha, pero sí con un trozo. Esa colchita hacía que la niña se sintiera cómoda y segura. A ti, ¿qué te da seguridad? Algunos niños encuentran seguridad en sus papás, otros en algún juguete o una prenda.
Hasta los adultos buscamos seguridad en algo, como nuestra pareja, nuestros autos, títulos universitarios, nuestras casas.
La Biblia dice que nuestra seguridad es Dios. Si confiamos en él, nunca nos dejará. Cada vez que sientas soledad o miedo, recuerda que Dios es invisible, pero su presencia es real y siempre te acompañará.
HABLA CON JESÚS: Gracias querido Jesús, porque en ti puedo confiar, porque me das seguridad y nunca me fallarás. Amén.