«Ustedes también estén preparados; porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen» (Mateo 22: 44).
SE CUENTA QUE un grupo de indígenas de algún lugar de Latinoamérica se presentó un día en un puerto al que iba a llegar Cristóbal Colón, el descubridor. Aquellos indígenas querían matarlo porque no había sido bueno con ellos. Colón salió para dar la cara y les dijo que si ellos continuaban con el propósito de destruirlo, su dios ocultaría la luna a la vista de todos esa misma noche. Los indígenas se burlaron de una idea tan absurda, pues nunca habían visto semejante cosa, y decidieron esperar a que el evento ocurriera antes de actuar. Esa misma noche, la burla se convirtió en asombro y el asombro, en miedo, cuando vieron que lo que Colón había predicho, se cumplía: la luna se ocultó y no pudieron verla.
¿Tal vez Colón tenía poderes? No, lo que Colón tenía era conocimiento. Como navegante, había estudiado el firmamento para guiarse por las estrellas en el mar, y sabía muchas cosas sobre astronomía. Los cálculos indicaban, tal como él había leído en los libros, que esa noche habría un eclipse lunar. Por esa razón, la luna iba a estar oculta. Menos mal que los ánimos de los indígenas se calmaron, y todo gracias a que Colón tenía conocimiento acerca de lo que iba a pasarle esa noche a la luna.
¿Cómo andas tú de conocimientos de Biblia? Siempre hay personas que se acercan a nosotros para preguntarnos cosas sobre la Biblia. Como somos adventistas, ellos creen que leemos la Biblia, así que más vale que no nos descubran aparentando ser lo que no somos. Cuando te pregunten algo de la Biblia, debes tener una respuesta. Para tener esa respuesta, primero tienes que haberte preparado leyendo las Escrituras, y después pidiéndole a Jesús que te ayude a saber qué decir en el momento oportuno. Por casualidad, nos llegan las respuestas a nuestra mente.
Si estudiamos todos los días la Biblia y hacemos los cambios necesarios en nuestra vida, estaremos preparándonos no solo para dar respuesta de nuestra fe a quien nos pregunte, sino también para la segunda venida de Jesús. ¿Qué te parece si empezamos a prepararnos hoy?