«El amigo siempre es amigo, y en los tiempos difíciles es más que un hermano». Proverbios 17: 17, TIA.
UNA AMISTAD SERÁ UNA BENDICIÓN, si se establece con sensatez y buen juicio, siendo conscientes de que el propósito de ella merece que la mantengamos.
¿Qué diremos al ser aconsejados? «Trata tu causa con tu compañero y no descubras el secreto a otro, no sea que te deshonre el que lo oiga y tu infamia no pueda repararse. Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene. Como zarcillo de oro y joyel de oro fino es el que reprende al sabio que tiene oído dócil» (Prov. 25: 9-12).
Cuando podemos relacionarnos a fin de ayudarnos a ir al cielo, cuando la conversación se explaya en las promesas divinas, entonces vale la pena hablar; pero cuando se concentra en el yo y lo terrenal y sin importancia, el silencio es oro.
El oído obediente recibirá la reprensión dispuesto a ser corregido. Solo entonces nuestras relaciones con los demás resultarán beneficiosas, y cumplirán el propósito que Dios desea tengan. Cuando se aceptan las indicaciones divinas, el sabio reprensor cumple su deber, y el oído obediente escucha con un propósito definido y resulta bene ficiado.— Carta 52, 1893.
Toda relación que establezcamos con alguien, aunque sea limitada, nos influye. El grado de nuestro son iento a esa influencia vendrá determinado por el grado de intimidad, la duración de la relación, y el afecto y la admiración que nos inspire esa persona.— Signs of the Times, 7 de Diciembre de 1882.
Nuestra buena voluntad, nuestros actos de abnegación, debieran beneficiar no solamente a unos pocos, sino a todos aquellos con quienes nos relacionemos. De este modo estableceremos amistades profundas y duraderas; y nuestros actos repercutirán positivamente sobre nosotros mismos.— The Youth’s Instructor, 10 de Noviembre de 1886.