El rey Merodac-baladan […] oyó decir que Ezequias había estado enfermo pero que ya había recobrado la salud, y por medio de unos mensajeros le envió cartas y un regalo. Ezequias se alegro de su llegada y les mostró su tesoro, la plata y el otro, los perfumes, el aceite fino y su deposito de armas, y todo lo que se encontraba en sus depósitos no hubo nada […] que no les mostrara. (Isaias 39:1-2)
Si a mi cuñado Josh se le diera la oportunidad de escoger entre ser famoso o pasar desapercibido, escogería lo segundo. Si hay algo que no puede soportar es la gente que hace alarde de sus propios talentos y anuncia a todo el mundo cuán maravillosos y afortunados son. No le gusta la gente que se exalta a sí misma para recibir reconocimiento. Josh es inteligente y talentoso, pero nunca lo vas a ver presumir de ello. Aunque podría hacerlo, no ostenta su buen humor ni su ingenio porque no le gusta alardear.
Al rey Ezequías le hubiera venido bien un poco de la actitud de Josh. Ezequías era bastante engreído. Apenas tuvo la oportunidad, no pudo resistir la tentación de presumir de lo que tenía. Este incidente se produjo inmediatamente después de la milagrosa curación de Ezequías y la promesa de Dios de darle quince años más de vida. La curación estuvo acompañada de una señal que Ezequías había pedido: Dios hizo retroceder el sol diez grados. Naturalmente, una señal como esa no pasó desapercibida, especialmente para los astrólogos del vecino país de Babilonia, Así que el rey de Babilonia envió delegados con regalos y preguntándole a Ezequías qué había ocurrido. El rey Salomón había previsto esa clase de oportunidades muchos años antes y esperaba que cuando los extranjeros fueran a cuestionarlos, Israel fuera un ejemplo de lo que Dios puede hacer por un país que le sigue. Pero en lugar de mostrarles al verdadero Dios, Ezequías les mostró todos sus juguetes. Los cautivó con sus tesoros, su arsenal y todo lo extraordinario que había en su palacio.
Ellos regresaron deslumbrados, pero inconscientemente Ezequías les había dejado la idea de que Judá estaba lista para el saqueo. En menos de cien años los babilonios regresaron esta vez con todo su ejército. Cuando la gente se acerque a ti, ¿qué verán? ¿La evidencia de con Dios o simple ostentación?