Ella llamó a un hombre para que le cortara las siete trenzas de su cabello. […] Y su fuerza lo abandonó, Jueces 16: 19.
Necesitarás hilo de coser,
(Envuelva las manos del papá con dos vueltas de hilo y luego pídale que las rompa. Haga lo mismo con 4, 8, 12, hasta que ya no pueda romperlas.)
Dios había elegido a Sansón para que defendiera a Israel de sus enemigos, los filisteos, que eran muy malos. Sansón tuvo tanta fuerza, que solito llegó a acabar con un león, y en otro momento, ¡con mil filisteos! Lamentablemente comenzó a desobedecer a sus padres y a Dios, y se enamoró de una filistea, Dalila. Los líderes filisteos prometieron a Dalila mucho dinero si les decía en qué radicaba la fuerza de Sansón. Aceptó la propuesta. Después de insistir varias veces, Dalila consiguió que Sansón le dijera el secreto de su fuerza.
—Nunca me han cortado el cabello porque desde que nací, Dios me escogió. Si me cortan el pelo, perderé mi fuerza.
Dalila luego hizo que Sansón se durmiera. Entonces llamó a un hombre que le cortara el cabello a Sansón. Cuando este despertó, se dio cuenta de que había perdido su fuerza. Sus enemigos lo capturaron. La fuerza de Sansón provenía de Dios. Pero poco a poco se fue alejando de Dios y finalmente perdió toda su fuerza. ¡Nunca te alejes de Dios!