«Bendeciré al Señor con toda mi alma; no olvidaré ninguno de sus beneficios»
(Salmo 103: 2).
Aunque pueda parecerte un poco infantil, antes de tomar la decisión de casarme con Greg hice una lista de los pros y los contras. En el apartado de los pros estaban todas sus cualidades: era mi mejor amigo, estaba comprometido con Dios, era leal, sincero, cariño sensible, maravilloso. . . Me imagino que no te apetece leer la lista completa, así que paso a la de los contras: odio el pelo en el pecho (o en cualquier parte que no sea la cabeza) y Greg está cubierto de pelo de arriba abajo; quería casarme con alguien a quien le gustara salir, y Greg prefiere quedarse en casa; quería un hombre alto, rubio y de ojos azules, pero Greg mide lo mismo que yo, tiene el pelo oscuro y los ojos marrones.
Ah, y no me gustan sus dientes. Y además temo que algún día se ponga gordo, porque no hace nada de ejercicio.
Probablemente estarás pensando que la lista de contras es superficial en comparación con la de pros, y tienes razón. Es obvio que yo misma me di cuenta de eso, porque me casé con él. Pero todo lo que está en la lista de contras era importante para mí en aquel entonces. Eran cosas tontas que realmente quería tener, cuando en realidad no debí haberles dado importancia. Lo cierto es que, en comparación con todas sus virtudes, aquellos contras no tenían ninguna importancia.
David anima a los lectores del Salmo 103 a hacer una lista de pros con respecto al Señor ¿Has hecho alguna vez una lista de todas las razones por las que servir a Dios? Normalmente pensamos en por qué no queremos servirle, pero hay razones para hacerlo. La lista de David incluye: «Porque perdona mis maldades y sana mis enfermedades; porque me libra de la muerte, me colma de amor y me satisface; porque es tierno, compasivo y paciente; Porque no me trata como merezco por mis pecados; porque su amor es inmenso».
Tus razones en contra de servir a Dios pueden parecer un poco superficiales cuando tomas en consideración todas las que hay a favor. Los beneficios de Dios sobrepasan cualquier sacrificio que puedas hacer. Servirle merece la pena. Toma algo de tiempo hoy para Pensar en por qué sirves al Señor, cuáles son los beneficios que esto añade a tu vida y cuáles son las bendiciones que has recibido por servirle.