Como hemos visto, Pedro colocó un gran énfasis en las sagradas Escrituras. Segunda de Pedro 1:19 al 21 es una afirmación poderosa de la importancia de la Biblia para nuestra experiencia cristiana y para la inspiración divina de las Escrituras. Su idea es clara en 2 Pedro 1:21. La Biblia no es producto de voluntad humana, o de invención humana, como otros libros. Es un libro producido por medio del poder del Espíritu Santo obrando a través de los “santos hombres de Dios”.
Lee 2 Timoteo 3:15 al 17. ¿Cómo nos ayudan estos textos a entender el papel de las Escrituras en nuestras vidas? ¿De qué manera refuerzan la verdad presentada en 2 Pedro 1:19 al 21?
Después de advertir a Timoteo acerca de los peligros que enfrentaban él y la iglesia, Pablo provee un esbozo breve de la importancia de las Escrituras. “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Tim. 3:16).
Echemos un vistazo a estos tres puntos.
Doctrina: Las doctrinas son las enseñanzas de la iglesia. Expresan las creencias de la comunidad sobre varios temas bíblicos considerados importantes en la Palabra de Dios. Idealmente, cada doctrina debería estar centrada en Cristo, y cada una debería enseñarnos algo que nos ayude a saber vivir en armonía con la “buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Rom. 12:2).
Guía: Pablo dice a Timoteo que la Escritura es útil “para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Tim. 3:16). Pedro hace una declaración similar cuando dice que la profecía, en la Escritura, es como una lámpara que brilla en un lugar oscuro (2 Ped. 1:19). En otras palabras, la Escritura nos guía sobre cómo deberíamos vivir nuestras vidas y qué conductas son buenas o malas. Inspirada por el Espíritu Santo, la Escritura no es nada menos que la voluntad revelada de Dios.
“Sabio para la salvación”: Cuando dice que la Escritura nos hace “sabios para la salvación” (2 Tim. 3:15), Pablo está enfatizando que la Escritura nos señala a Jesús. La salvación está construida sobre la creencia que Jesús ha muerto por nuestros pecados.
Doctrina, guía moral, conocimiento para la salvación: no sorprende que la Palabra de Dios sea como “una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones” (2 Ped. 1:19).