«En verdad, en verdad os digo que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre, eso también hace el Hijo de igual manera»». Juan 5: 19, BA
JESÚS ES EL MODELO PERFECTO, y es el deber y el privilegio de todo niño y de todo joven imitarlo. Recuerden que Jesús tomó sobre sí la naturaleza humana, «en semejanza de carne de pecado» (Rom. 8: 3), y que fue tentado por Satanás como todos ellos. Fue capaz de resistir a las tentaciones de Satanás debido a su dependencia del divino poder de su Padre celestial, y estaba sometido a su voluntad, y era obediente a todos sus mandamientos. Guardó los estatutos, los preceptos y las leyes de su Padre. Continuamente buscaba consejo de Dios, y era obediente a su voluntad.
Es el deber, y el privilegio, de todo niño y todo joven seguir tras las huellas del Salvador. El Señor Jesús se siente complacido de que los niños y los jóvenes se acojan a su protección y de que busquen su apoyo cuando se sienten afligidos. Nadie como él para ayudar, tanto a los niños como a los jóvenes, a resolver sus problemas y a superar las dificultades; pues Jesús también fue él mismo niño y joven, y se vio sometido a todas las pruebas, los contratiempos y los inconvenientes que afectan a todos ellos• La promesa divina es tanto para los niños y los jóvenes como para los mayores• Siempre que Dios haya dado una promesa, que los niños y los jóvenes la conviertan en petición, y rueguen al Señor que efectúe lo prometido en su experiencia, tal como lo hizo con Jesús, su Hijo unigénito, cuando en su necesidad humana recurría a Dios suplicándole lo que necesitaba.— The Youth’s Instructor, 23 de agosto de 1894, adaptado.