Matinal Para Menores 2016 Para el: 20 noviembre
Pero entonces conoceré como fui conocido. 1 Corintios 13:12
Los dos discípulos pestañearon en asombro. ¡Jesús había desaparecido justo delante de sus ojos! Pero, ¡era verdaderamente Jesús! De hecho, habían visto las cicatrices de los clavos en sus manos. De pronto, no estuvieron más cansados ni hambrientos. Salieron volando por la puerta y fueron de regreso por el camino por el que habían venido. ¡Jesús estaba realmente vivo! Corrieron hasta que se quedaron sin aliento, tropezaron, perdieron el camino en la oscuridad y después lo volvieron a encontrar; fueron tan rápido como pudieron. Todo el tiempo Jesús estuvo justo al lado de ellos, aunque invisible.
Cuando llegaron a Jerusalén, corrieron a través de la puerta oriental, que siempre estaba abierta durante los feriados, y se dirigieron derecho al aposento alto. Cuando golpearon, nadie respondió. Temiendo de las autoridades judías, los discípulos que estaban adentro ni siquiera se atrevían a abrir la puerta. Entonces, los dos discípulos que estaban afuera susurraron sus nombres; desatrancaron la puerta y se abrió, y rápidamente se volvió a poner el cerrojo. Nadie sabía que Jesús había entrado en forma invisible con los dos discípulos.
Los dos hombres encontraron el salón lleno de entusiasmo, «¡El Señor ha resucitado y ha aparecido a Simón!», les contaron los otros.
“Bien, ¡nosotros también lo vimos!”, dijeron los dos entrecortadamente. Cuando terminaron de contar su experiencia, algunos en la habitación sacudían sus cabezas. Era demasiado bueno para ser cierto.
De pronto, apareció un extraño justo en frente de ellos. Los discípulos estaban demasiado sorprendidos y asustados como para darse cuenta de quién era. Entonces Jesús habló, en su típica voz suave: “Paz a vosotros” (Lucas 24:36).
Como sabía que estaban asustados, les mostró sus manos y sus pies, y les dijo que lo tocaran y sintieran por sí mismos que era real. Entonces, para ayudarlos a creer aún más, pidió algo de las sobras de la cena y comió.
Jesús, en su cuerpo glorificado, era como todos aquellos que serán resucitados. Gozosamente, los discípulos reconocieron a Jesús, así como nosotros reconoceremos a nuestros amigos y amados cuando resuciten de la muerte. Pudieron haber estado enfermos o deformados cuando murieron, pero se levantarán con un cuerpo perfecto y fácilmente los reconoceremos. “En el cuerpo glorificado su identidad será perfectamente conservada” (El Deseado de todas las gentes, p. 744).
#MatinaDeMenores
#RadioJovenAdventista
#MeditacionesDiarias
Tomado de: Lecturas Devocionales para Menores 2016
“Genial, Dios Tiene un Plan para Ti”
Por: Jan S. Doward.
Ene 15, 2025 0
Ene 15, 2025 0
Ene 15, 2025 0
Ene 15, 2025 0
Dic 30, 2016 0
Dic 29, 2016 0
Dic 28, 2016 0
Dic 27, 2016 0