LA DESPEDIDA FINAL.
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¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados!,¡Cuántas veces quise juntar a tus hijas, como la gallina junta sus pañuelos debajo de las alas, y no quisiste! Mateo 23:37.
El martes por la tarde, hubo una cosa más que Jesús hizo antes de dejar el Templo por última vez. Tenía que exponer el verdadero carácter de los gobernantes religiosos. Intentó quebrar las cadenas que amarraban al pueblo como esclavos de estos falsos dignatarios.
Su único objetivo en la vida era jactarse de su religión; querían que todos notaran cuán buenos eran. Se ataban pequeñas cajas, llenas con tiras de papel con oraciones escritas y versículos de memoria, sobre sus brazos izquierdos o las frentes, así la gente podía ver cuán devotos eran.
Pero sus vidas diarias contaban una historia muy diferente. Robaban a las viudas su dinero obteniéndolo como donación para el Templo, y luego lo gastaban para ellos mismos. Después, para encubrir su deshonestidad, se paraban en lugares públicos y hacían oraciones largas y en voz alta, para que la gente pudiera oírlos. Y cuando daban dinero para el tesoro del Templo, hacían sonar una trompeta y hacían algún gran anuncio sobre su enorme donativo.
Esta fue la razón de que Jesús elogiara a una viuda pobre que dio una ofrenda de
Solo dos pequeñas blancas, la moneda de cobre más pequeña de aquellos días. Valía menos que un octavo de centavo, pero era todo lo que tenía. La bendición de Dios fue sobre ella porque dio con una motivación pura. La bendición de Dios recae sobre todas las ofrendas sinceras y sus dadores, aunque los líderes religiosos abusen de muchos de los fondos.
“Ella ha dado más que todos». dijo Jesús.
Luego, continuó denunciando a los gobernantes, no con enojo sino con tristeza.
Finalmente, con su voz abogada por la emoción y amargas lágrimas, dijo aquellas.
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Tomado de: Lecturas Devocionales para Menores 2016
“Genial, Dios Tiene un Plan para Ti”
Por: Jan S. Doward.
