Matinal Para Adultos 2016 Para el: 30 octubre
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<<Dijo a Jesús: “Acuérdate de mi cuando vengas en tu reino”. Entonces Jesús le dijo: <<De cierto te digo que […] estarás conmigo en el paraíso”>>. Lucas 23:42,43
Los que suelen acudir a subastas me dicen que es mejor permanecer inmóvil cuando uno se sienta para participar en esa ruidosa venta. Si te rascas la cabeza o tan solo estrías el meñique, el subastador, con ojos de lince, puede captar tu movimiento y declarar la mercancía<< ¡Vendida!>> a ti en el acto. ¿Es Dios también así?
En una ocasión tuve una feligresa amistosa que llamaba de vez en cuando para integrarse por cómo nos iba. Los sábados ella y su familia me saludaban. Pero al cabo de un tiempo sus llamadas empezaron a producirse de noche muy tarde. Y luego sus palabras se volvieron más incoherentes. Unos sábados después, cuando, siguiendo la fila de gente que me saludaba, llego hasta mí, se percibía en su aliento un fuerte olor a enjuague bucal. La siguiente semana salí hacia su casa en mi automóvil. Estaba afuera en su jardín, y nos quedamos allí un rato. Entonces pregunte: << ¿Cuánto tiempo lleva usted luchando con la bebida?>>. Bajo su mirada al suelo, y asintió con la cabeza. Hablamos de Alcohólicos Anónimos y del poder de Dios para liberarla y de su perdón misericordioso, y después de la oración me marche. Las llamadas a medianoche fueron distanciadas. Pero yo me preguntaba como iría la cosa. Un domingo por la tarde llamo su marido y me dijo que están ingresada en la unidad de cuidados intensivos del hospital por insuficiencia hepática por el alcohol. El pronóstico no era bueno; sus hijos venían en avión. ¿Podía acudir yo? Entre aprisa en su habitación. Débil y cansada, ella no podía hablar mucho. Oramos los tres. No mucho después, falleció.
La familia solicito un oficio fúnebre privado en el cementerio. Se me acerco uno de los hijos:<< Creemos que usted debería saber cómo murió mamá>>. Después que hubo entrado en coma, hubo un momento por la noche en que recobro el conocimiento. Viendo a sus hijos alrededor, susurro:<< ¿Me podrían cantar los cánticos de Jesús?>>. Y así lo hicieron, con lágrimas en los ojos. La madre esbozada una sonrisa mientras escuchaba. Poco después volvió a quedar inconsciente y falleció. Pero la petición que hizo cuando agonizaba de oír una vez más los cánticos de Jesús, su familia halló mucho consuelo.
Y también yo, mientras volvía a casa en mi automóvil desde su tumba. Podía imaginarme al divino Subastador, agachado junto a ella, observando la más leve señal de que en su hora undécima su hija quisiera su salvación. Cuando ella levanto, por así decirlo, su meñique hace el cielo, el grito con un gozo que nunca entenderemos del todo:<< ¡Vendido, a mi hija en la cama del hospital!>>. Igual que al ladrón en la Cruz. ¿Es de extrañar que el paraíso vaya a estar tan lleno? ¿Y es de extrañar que nuestra misión sea tan urgente?
#MatinalDeAdultos
#RadioJovenAdventista
#MeditacionesDiarias
Tomado de: Lecturas Devocionales para Adultos 2016
“El Sueño de Dios para Ti, Tú Eres el Elegido”
Por: Dwight K. Nelson
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