Lección E. Sabática 2016 Para el: 25 octubre
El capítulo 3 registra el primer lamento de Job. En los siguientes dos capítulos, uno de sus amigos, Elifaz, le da un discurso (volveremos a él la semana próxima). En los capítulos 6 y 7, Job sigue hablando de su sufrimiento.
“¡Oh, que pesasen justamente mi queja y mi tormento, y se alzasen igualmente en balanza! Porque pesarían ahora más que la arena del mar” (Job 6:2, 3). ¿De qué modo expresa Job su dolor aquí?
Esto nos da una idea de la manera en que percibía Job sus sufrimientos. Si todas las arenas del mar estuvieran de un lado de la balanza, y su “queja” y “tormento” del otro, sus sufrimientos pesarían mucho más que toda la arena. Así de real era para Job su dolor; y este era el dolor únicamente de Job, y de ningún otro. A veces, escuchamos el concepto de “la suma total del sufrimiento humano”. Pero, eso no expresa realmente la verdad. No sufrimos en grupo. No sentimos el dolor de ninguno otro, sino el nuestro. Solo conocemos nuestra propia angustia. El sufrimiento de Job, por grande que fuera, no era mayor que el que cualquier otra persona pudiera sentir. Algunas personas podrían decirle a alguien: “Siento tu dolor”, pero no lo sienten; no pueden hacerlo. Todo lo que pueden sentir es su propio dolor, que puede acudir en respuesta al sufrimiento de otro. Pero eso es todo; es su propio dolor, no el de la otra persona. Escuchamos acerca de desastres, fabricados por el hombre o de otra clase, con enorme cantidad de muertos. Los números de muertos nos aturden. Apenas podemos imaginar tal sufrimiento masivo. Sin embargo, como con Job, como con cada caso de la humanidad caída desde Adán y Eva, en el Edén, hasta el fin de este mundo, cada ser humano solo puede conocer su propio dolor, y nada más. Por supuesto, nunca queremos menoscabar el sufrimiento humano y, como cristianos, se nos llama a procurar ayudar a aliviar el dolor cuando y donde podamos (ver Sant. 1:27; Mat. 25:34-40). No importa cuánto sufrimiento exista en el mundo, ¡qué agradecidos podemos estar de que ninguna persona sufre más de lo que ella puede sufrir! (Hay una sola excepción; ver la lección 12.)
Medita en la idea de que el sufrimiento humano se limita a cada persona individual. ¿De qué forma te ayuda a considerar el tema del sufrimiento humano bajo una luz algo diferente?
Reavivados por su Palabra: Hoy, 2 Crón. 14 – Durante esta semana, PP cap. 40.
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Lección de Escuela Sabática Adventista para Adultos
4to trimestre 2016 “El libro deJob”
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