Ahora, hijo mío, a más de esto, sé avisado. No hay fin de hacer muchos libros; y el mucho estudio aflicción es de la carne. (Ecle. 12:12)
Cuando el esfuerzo mental no va acompañado por el ejercicio físico correspondiente, atrae una cantidad excesiva de sangre al cerebro, y la circulación se desequilibra. El cerebro tiene así demasiada sangre, mientras que las extremidades quedan con muy poca. Las horas de estudio y recreación deberían regularse con cuidado; hay que emplear cierta parte del tiempo en la labor física…
No se puede conservar la salud a menos que se consagre cierta parte de cada día a un trabajo que ejercite los músculos al aire libre. Se dedicarán ciertas horas determinadas a cualquier clase de trabajo manual que exija la actividad de todas las partes del cuerpo. Nivelad el esfuerzo de las facultades mentales y físicas, y la mente….se refrigerará (Christian Temperance and Bible Hygiene:82-83)
La mente de los que trabajan con el cerebro labora demasiado. Con frecuencia esos hombres usan sus facultades mentales pródigamente, y en cambio hay otra clase de personas cuyo ideal más elevado en la vida es el trabajo físico. Estos últimos no ejercitan la mente. Ejercitan sus músculos, pero privan su cerebro de fuerza intelectual; de igual manera, la mente de los que trabajan con el cerebro se sobrecarga, pero su cuerpo carece de fuerza y vigor, porque descuidan el ejercicio de los músculos…La salud debería ser un motivo bastante fuerte que los indujera a unir el trabajo físico con el mental.
La cultura moral, la intelectual y la física se deben combinar para que la persona sea plenamente desarrollada y equilibrada. Algunos están capacitados para utilizar gran poder intelectual, mientras que otros se sienten inclinados a gozar del trabajo físico. Estas dos clases de personas deberían tratar de mejorar el punto en que son deficientes, a fin de poder presentar al Señor su ser pleno como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, que es su racional culto. (CPT:290-291)
Se debe cuidar tanto de la salud como del carácter. (Christian Temperance and Bible Hygiene:83)