Con la ayuda de mami, véndate los ojos y trata de caminar sin tropezarte. Es difícil. ¿cierto? Así se sienten las personas que no pueden ver. ¡Qué bueno que tú si puedes ver!
Jesús hizo un milagro en Jericó. Él iba saliendo de la ciudad con sus discípulos seguido también por mucha gente. Un ciego llamado Bartimeo estaba sentado junto al camino. Al oír el que Jesús pasaba por allí, comenzó a gritar: «¡Jesús hijo de David, ten compasión de mil».
Entonces Jesús se detuvo y le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?». El ciego le contesto: «Maestro, quiero ver». Jesús le dijo: «Puedes irte, por tu fe has sido senado». Y en aquel instante el ciego recobró la vista. Bartimeo estaba muy feliz con aquel milagro, Podía ver el cielo, las flores, y todo lo que le rodeaba.
¡Qué maravilloso! Jesús escuchó las oraciones de Bartimeo. Y también puede escuchar las tuyas. Así que si te enfermas puedes pedirle a Jesús que te sane y el lo hará, porque siempre escucha tus oraciones.
Oración: Querido Jesús, ayúdame a recordar que siempre escuchas mi oración.