Te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos (Isaías 58: 11).
— Lo siento, pero no puede mudarse aquí —explicó el hombre. Tomás escuchaba desde el automóvil mientras sus padres discutían que hacer. Habían comprado un terreno para tener un lugar donde estacionar su flamante casa rodante de doble ancho.
Lamentablemente, las leyes prohibían instalar casas rodantes en esa propiedad. ¿Qué vamos a hacer?, pensó Tomás. No quiero mudarme. Tomás se habla criado en el lugar en que ahora estaba viviendo. Amo este vecindario. Todos mis amigos viven aquí. Pero, no había opción. Su familia tenía que encontrar otro lugar donde vivir.
Por un corto período de tiempo, ellos estacionaban su casa rodante de doble ancho en un parque para este tipo de vehículos. No había chicos de la edad de Tomas allí, así que se aburría mucho. Durante la noche, solo en su dormitorio, Tomás hablaba con Dios: “¿Porque nos permitiste comprar este terreno?”, le preguntaba. “Tú sabías lo que necesitábamos. Simplemente no lo entiendo”.
Un año más tarde, su familia finalmente llevó la casa rodante al campo. Ahora Tomás tenía mucho con qué mantenerse ocupado. Ahora, no solamente tenía tareas para hacer; sino que también tenía un perro, un gato, una cabra, una oveja, un cerdo y varios animales más. Le encantaba cuidados.
Una noche, mientras caminaba por las colinas cercanas con su perro, Tomás se dio cuenta de lo agradecido que estaba de que las cosas hubieran resultado de ese modo.
¿Y AHORA? Piensa en un momento en que Dios te haya dicho, “espera”. Si Dios permite que una puerta se cierre frente a ti, busca la otra que seguramente te está abriendo.
SPLASH: Cada año, en los Estados Unidos, los perros y los gastos consumen alimentos balanceados por un valor de más de once mil millones de dólares.