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Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Salmo 27:1
Esa noche el sueño se me escapó; estaba inquieta y pensaba en las condiciones sociales que estamos viviendo en nuestro país y en el mundo de hoy en general. Ver las noticias y apreciar el dolor en los rostros de la familia durante el funeral de un joven asesinado brutalmente, conmovió mi corazón. Me puse por unos momentos en el lugar de esa madre y no pude evitar dejar rodar unas lágrimas.
No se trata de quien es, ni de su posición social, política o económica; se trata de cómo el mundo en general se ha convertido en un campo de batalla. La inseguridad, la injusticia, la maldad, la falta de sensibilidad y tantas cosas más que estamos viviendo en estos últimos años me llevaron a pensar… No sé si te ha sucedido, pero ahora salir de casa puede significar una despedida para siempre en esta tierra; nunca sabemos si regresaremos con bien, o si nuestros hijos y familiares regresarán.
Pensé en mi hijo, en mis padres, en mis hermanos, en mis sobrinos, en mis tíos, en mis primos, en todos mis amigos, y agradecí porque hasta hoy Dios y sus ángeles los han cuidado y protegido en medio de este campo de batalla. El Señor ha preservado sus vidas y eso despierta en mí un gran sentimiento de gratitud por tanta bondad inmerecida. Entonces me levante, serían las tres de la mañana, me puse a orar y anote cada nombre, y se los puse a Dios en sus manos. Pasó mucho tiempo, casi amanecía… Antes de quedarme dormida, repetí la promesa divina que memorice cuando apenas era una niñita en casa de mis padres y que hoy ha sido nuestro versículo del día.
Si eres esposa, madre, hija, tía, lo que seas, pon a tus seres queridos en las manos amantes y misericordiosas de nuestro Padre Celestial y dedícate a confiar en que él cuidará de aquellos que tanto amas. Repite: “El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor me protege del peligro; ¿quién me ha de atemorizar?”
Que durante el nuevo año esta promesa te reconforte y puedas disfrutar cada momento con un cántico en tu corazón. ¡Cuánta paz!.
Beatriz Rodríguez
Tomado de: Lecturas devocionales para Damas 2015
“Jardines del alma”
Por: Diane de Aguirre
