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También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. Juan 10: 16.
En 1969 visité por primera vez al pastor Demetrio Cornelio Pérez, de la iglesia Presbiteriana. En esa ocasión compró la colección Tesoros de vida, que leyó completa junto con El conflicto de los siglos. Desde ese momento, ha comprado cada nueva colección que sale. Nos hicimos buenos amigos. Comemos juntos a menudo, y algunas veces he predicado en su iglesia.
Habían pasado casi cuatro décadas desde que nos conocimos cuando me dijo que si no le hubiera hablado hacía 38 años no habría llegado a amar y aceptar las enseñanzas de la iglesia Adventista del Séptimo Día. Yo estaba muy feliz de saber, después de tanto tiempo, cómo estaba espiritualmente, y decidí que era tiempo de que viniera a la iglesia conmigo. Así que le dije:
—Hermano, los frutos nunca caen en tierra antes de estar maduros. ¿Qué te parece si te paso a buscar mañana a las 7:00, y vamos juntos a la iglesia Adventista?
-Oh, no —dijo rápidamente-. ¡Nunca he estado en una iglesia Adventista!
Yo le respondí con una sonrisa:
—Bien, yo pasaré a las 7:00.
Él dijo que no me prometía nada, así que oramos juntos y me fui, con la esperanza de que decidiera venir conmigo al día siguiente.
Llegó al sábado de mañana y llegué a su casa cinco minutos antes de las 7:00.
¡Él estaba listo para salir! Cuando llegamos a la iglesia lo presenté como el pastor de la iglesia Presbiteriana. Nos llevaron hasta la primera fila, donde él se arrodilló y oró silenciosamente: «Padre, te agradezco por permitirme estar aquí, en la iglesia verdadera. Por favor, pon más de los libros santos de la colección Tesoros de vida en muchos hogares. Amen».
En abril de 2011 el pastor Pérez asistió a una reunión de la iglesia, y cuando se hizo un llamado, él eligió seguir a Dios públicamente mediante del bautismo. Hoy está evangelizando a sus hijos, amigos y vecinos. Atesora la esperanza de que un día no muy lejano, su familia también se entregue al Señor,
A menudo, los resultados tardan en verse. La sierva del Señor dice que muchos, incluso mil en un día, se convertirán como resultado de estos libros. Distribuyamos fielmente estas publicaciones en cada lugar posible, porque hay muchas ovejas en otros rebaños dispuestas a seguir al Pastor.
Vicente Pérez Baeza, México
Tomado de: Matinal para Colportores 2015
«Encuentros con la gracia de Dios»
Compilado por Howard Faigao