Matinal Para Colportores Para el: 01 octubre
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Así que podemos decir con toda confianza: «El Señor es quien me ayuda; no temeré. ¿Qué me puede hacer un simple mortal?» Hebreos I3:6, NVI.
Una experiencia que tuvo un profundo impacto en Noemí Lardera sucedió en Bocolod, una gran ciudad de la isla Mindanao, en el sur de Filipinas. Noemí formaba parte de un grupo con otros colportores, y estaba ansiosa por compartir el mensaje del evangelio.
Cierta vez, los miembros del grupo conocieron a una cliente regular que había comprado varios libros de otros colportores. Le ofrecieron más libros pero ella parecía haber perdido el interés. Sin embargo, cuando le mostraron El conflicto de los siglos, Se interesó y compro el libro. Estos jóvenes colportores querían ayudar a la mujer en su estudio de la Palabra de Dios, así que decidieron visitarla de nuevo.
Antes de salir oraron pidiendo protección y ayuda para compartir a Jesús, mientras entraban en el vehículo, una amiga de Noemí no se dio cuenta de que Noemí que ya estaba dentro del auto, todavía tenía los dedos en la bisagra de la puerta y cerró la puerta. Noemí sintió como se aplastaban sus dedos, y el dolor se apoderó de su mano y todo su brazo. En ese momento, antes de que alguien pudiera ayudarla ante la emergencia, Nohemí sintió que una mano fuerte sacaba suavemente sus dedos de la bisagra.
Todos se acercaron a mirar su mano, pero parecía que no estaban lastimados en lo más mínimo. Nohemí no podía creerlo… ¡De repente el dolor desapareció! Nohemí le agradeció a Dios porque sabía que Dios había mandado un ángel para ayudarla; la había salvado de un terrible accidente. Quienes vieron y escucharon el incidente se maravillaron por lo que solo podían describir como un milagro. Los jóvenes pudieron hacer su visita misionera en lugar de tener que ir al hospital.
Esta experiencia fortaleció la fe de Noemí y le fe de los que vieron lo que había sucedido. Ella realmente tenía razones para creer en la promesa de Hebreos 13:6 “De manera que podamos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre”.
Que la experiencia de Noemí Sirva para animamos a llevar el evangelio a todo el mundo, Pongamos nuestra voluntad al servicio de Dios; él hará el resto.
Kimearl Cupidos. Estados Unidos
Tomado de: Matinal para Colportores 2015
«Encuentros con la gracia de Dios»
Compilado por Howard Faigao
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