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Por tanto, ya te confesaré entre las naciones, oh Jehová, y cantaré a tu nombre. 2 Samuel 22:50.
Cuando conocí a Dean, Marion y Ricky, su hijito de 4 años, Dean hizo el pedido de la colección de tres tomos de: “Cuidado Médico Familiar” y otro libro de nutrición. Dean estaba en silla de ruedas, porque un conductor ebrio había chocado su auto. Irónicamente, el conductor se fue caminando y Dean nunca más pudo caminar.
Luego de pagar la primera colección de libros, fui a visitar nuevamente a Dean y le mostré otros libros. Su segundo pedido fue: “El poder Medicinal de los Alimentos”. Cuando completó esa compra, lo visité en su nuevo hogar y le mostré la colección: “Mis Amigos de la Biblia”, “La Colección Mouse”, y “La Gran Biblia Familiar”. Ricky estaba en la sala entreteniéndose con un juego de guerra en una pantalla gigante. Pude escuchar sonidos de ametralladoras y personas que gritaban cuando él los “mataba”.
Les conté a Dean y Marion la historia bíblica de la reina Ester. Ellos escuchaban atentamente. Oré en silencio y les pregunté si harían el pedido. Marion le dijo a Dean: «Estos libros serían de beneficio para nuestro hijo», e hicieron el pedido. Luego llegaron las inundaciones del 2011. La casa de Dean y Marion terminó bajo un metro y medio de agua. Cuando llegué a la casa, Marion estaba poniendo en el auto las pocas cosas que hablan salvado. Tendrían que limpiar todo y, obviamente, parte de los libros que les había llevado habían quedado bajo el agua. Estaban preocupados por encontrar una casa apropiada para la silla de ruedas, así que tomaron mi tarjeta y se despidieron. Pensé que cancelarían el pedido, y que nunca más vería a esta familia.
Pero algunas semanas después descubrí dónde estaban viviendo, y fui a entregarles el primer tomo de: “Mis Amigos de la Biblia”. Ellos estaban felices de verme y de estar nuevamente en contacto. En mi segunda visita, Marion me contó con alegría que el pequeño Ricky llevaba su libro Mis amigos de la Biblia a todas partes.
En el congreso de colportores de 2011 un líder del Ministerio de las Publicaciones donó algo de dinero para reemplazar el primer pedido de Dean, que se había perdido en la inundación. Les mandé un mensaje de texto más tarde, y Marion respondió: «Gracias, de nuevo, por los libros, Dios te bendiga”. Mi oración es que esos libros continúen llevando bendiciones y logrando un impacto positivo en la vida espiritual de esta familia.
Phil Vaessen. Australia
Tomado de: Matinal para Colportores 2015
«Encuentros con la gracia de Dios»
Compilado por Howard Faigao