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Por eso les digo: No se preocupen por su vida: qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, como se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida y el cuerpo más que la ropa? Mateo 6:25, NVI.
Durante el verano 2009-2010 viajé a la ciudad de Passo Fundo, Brasil donde debía colportar. Nuestro grupo viajaría a través de Paraguay hasta Brasil pero yo quería viajar a Argentina para visitar a mi bisabuela, que cumplía 90 años, El líder de mi grupo me dio permiso. Unos días antes me habían robado el dinero que necesitaba para viajar, así que puse lo poco que me quedaba en el Banco para poder retirarlo cuando lo necesitara.
Luego de visitar a mi bisabuela, viajé a la ciudad de Posadas, en la provincia Argentina de Misiones, cerca de la frontera con el Brasil. Al llegar, me enteré de que el colectivo a Passo Fundo había partido hacía una hora y el siguiente saldría al otro día, a las 11:00. Tenía muy poco dinero conmigo pero comencé a buscar un cajero automático para sacar más efectivo. Sin embargo, ninguno de los Cajeros me permitió sacar mi dinero. Conté lo que tenía y me di cuenta de que era lo suficiente para comprar un poco de comida, o pagar un viaje hasta la estación de colectivos y una hora de internet. Decidí volver a la estación y usar internet para contactar a mi familia y a las personas de la campaña en Brasil, para pedirles ayuda monetaria.
Desafortunadamente, mi familia no pudo depositar dinero hasta que los bancos abrieron el lunes de mañana; así que me senté en la estación terminal de ómnibus sin dinero. No sabía qué hacer. Eran casi las 17:00, y estaba comenzando a anochecer. Tenía hambre y estaba preocupado; no sabía dónde dormiría ni cómo llegaría a Passo Fundo.
Noté que del otro lado de la calle había un supermercado y me pregunté si allí podría ganar suficiente dinero para comprar un poco de comida. Luego, se me ocurrió que podría trabajar allí por unos días para pagar mi boleto de colectivo, comida, y alojamiento. Crucé la calle y pregunté si había algún trabajo disponible. El gerente me preguntó de dónde era y qué hacía allí. Le dije que era de Bolivia pero estaba yendo a Brasil como misionero de la Iglesia Adventista. Él me indicó como llegar a la Iglesia Adventista más cercana.
Miguel Ángel Bascope Velasco, Bolivia
Tomado de: Matinal para Colportores 2015
«Encuentros con la gracia de Dios»
Compilado por Howard Faigao