domingo , 23 marzo 2025
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La bendición de una goma pinchada (parte 2)

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Por eso les digo: No se preocupen por su vida: qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, como se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida y el cuerpo más que la ropa? Mateo 6:25, NVI.

Mientras buscaba la iglesia Adventista en Posadas, vi a alguien que evidentemente no era argentino. Los argentinos de esa zona generalmente son rubios y blancos, y él era más morocho, como yo, y tenía el logo adventista en su mochila. Me dijo que era boliviano y que él y su amigo estaban yendo a Brasil a colportar en Passo Fundo, como yo. ¡Su asistente de colportaje era mi asistente!

Ellos habían llegado a Posadas tarde esa mañana porque el auto en el que viajaban había pinchado un neumático, y eso posibilitó que yo los alcanzara. Oración respondida N° 1.

Mi nuevo amigo y su compañero también estaban buscando la iglesia Adventista, y juntos despedimos el sábado allí. Las diaconisas nos ofrecieron un poco de comida que había sobrado del almuerzo a la canasta, así que mi problema con la comida desapareció. Oración respondida N° 2.

Necesitábamos un lugar dónde quedarnos esa noche. Los jóvenes de la iglesia nos invitaron a jugar al fútbol después del atardecer, y eso hicimos. Uno de ellos nos invitó a quedarnos en su casa. Oración respondida N° 3.

Al día siguiente, mis nuevos amigos y yo fuimos a comprar los boletos de colectivo. Como no tenía dinero, les pregunté si podían prestarme un poco. Al revisar sus bolsillos encontraron la cantidad exacta que yo necesitaba para mi boleto. Oración respondida N° 4.

Cuando llegamos a Passo Fundo, no teníamos dinero para llamar por teléfono al líder del grupo, así que permanecimos en la estación terminal. Pronto, nuestro líder trajo a alguien a la estación. Lo reconocimos y nos llevó a la casa donde nos hospedaríamos. Oración respondida N° 5.

Mientras viajaba a la ciudad fronteriza de Posadas Dios resolvió todos mis problemas, incluso antes que yo le pidiera ayuda. Mediante esta experiencia, Dios me enseñó varias lecciones: confiar en él; regocijarme en nuestra familia de la iglesia que está lista para ayudarnos en cualquier parte del mundo; creer que él resuelve nuestros problemas aun antes de que seamos conscientes de que hay un problema. Y sobre todo me enseñó que puede usar malas experiencias, como un neumático pinchado, para bendecirnos. Dios es un Dios de milagros. ¡Gracias Señor!

Miguel Ángel Bascope Velasco, Bolivia

Tomado de: Matinal para Colportores 2015
«Encuentros con la gracia de Dios»
Compilado por Howard Faigao

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