Lección Para jóvenes 2015 Para el: 06 octubre
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La cita de la sección Más luz nos lleva a pensar cuán difícil debió haber sido para Ana entregar a su hijo.
MAS LUZ:
«Le fue otorgado a Ana lo que había pedido; recibió el regalo por el cual había suplicado con tanto fervor. Cuando miró al niño, lo llamó Samuel, “demandado de Dios”. Tan pronto como el niño tuvo suficiente edad para ser separado de su madre, cumplió ella su voto. Amaba a su pequeñuelo con toda la devoción de que es capaz un corazón de madre […] pero lo había recibido como un tesoro consagrado a Dios, y no quería privar al Dador de lo que le pertenecía» (Patriarca y profetas, cap. 55, p. 555).
Era el regalo de Dios más ansiado. Elena G. de White dice que Ana «Amaba a su pequeñuelo con toda la devoción de que es capaz un corazón de madre».
Imagínate entregar a alguien que amas por causa de un mayor amor por Dios.
Samuel era un tesoro para Ana, sin embargo ella «no quería privar al Dador de lo que le pertenecía».
¿Qué habrías hecho tú de estar en la posición de Ana?
¿Cuán dispuesto estás de hacer sacrificios pequeños por amor a Dios?
Lección de Escuela Sabática Adventista para Jóvenes
4to. Trimestre 2015 «Biblia y Realidad»
Lecc. 2 – El Poder de la Oración
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