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Acuérdate del sábado, para consagrarlo. Éxodo 20:8, NVI
Un sábado de tarde de 2010 sentí que debía salir a distribuir publicaciones. Visité las casas de los docentes de la escuela de nuestra comunidad y le regalé a cada pareja un ejemplar de El conflicto de los siglos. Las familias parecían felices de recibirlo.
Sin embargo, una joven pareja se mostraba un poco desconfiada. Al comienzo se rieron, pero al final recibieron el libro y me agradecieron. Más tarde oré, pidiéndole al Espíritu Santo que impresionara los corazones de aquellos que recibieron el libro, para que lo leyeran. Volví a la iglesia y les pedí a los miembros que ellos también oraran por las personas que habían recibido los libros.
El año siguiente volví a colportar en la misma escuela, y vi a la pareja que se había reído de mí. El hombre relató: “El año pasado comencé a leer El conflicto de los siglos, pero perdí interés después de unos capítulos; así que arrojé el libro en una caja con la intención de llevarla al fuego. A principios de este año recordé algo de lo que leí en el libro y me sentí intranquilo. Comencé a buscarlo y lo encontré en la caja donde lo había dejado. Lo abracé con alegría, porque llegué a pensar que lo había quemado. Allí leí acerca de Martín Lutero, un devoto sacerdote que abandonó la Iglesia Católica Apostólica Romana cuando entendió que la justificación de Dios es solamente por fe. También aprendí acerca del sábado. Le mandé el libro a mi esposa, que se había ido a otra isla para que naciera nuestro bebé. Ella leyó el libro y también se convenció de la verdad de Dios y del sábado».
Luego de compartir esta historia, la pareja dijo: «Ahora vemos cuán grande es el amor de Dios”. Compraron El camino a Cristo, El Deseado de todas las gentes, Salud y gozo, la Biblia Stampley y la colección Tiny Tots, y yo les regale el libro Patriarcas y profetas.
Poco después de eso decidieron comenzar a guardar el sábado. Cada viernes de tarde viajaban al predio de la iglesia, que estaba a varios kilómetros de distancia, y pasaban allí las horas del sábado, para volver a la escuela el domingo de mañana. El pastor comenzó a estudiar la Biblia con ellos y en septiembre de 2011 se unieron a la Iglesia Adventista del Séptimo Día mediante el bautismo.
Rafaele y Ana hoy se regocijan en la verdad de Dios. Agradezco al Señor por ellos y por todos los que aceptan la Verdad por el testimonio de nuestras publicaciones.
Peni Vula. Fiji
Tomado de: Matinal para Colportores 2015
«Encuentros con la gracia de Dios»
Compilado por Howard Faigao
