En presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir en su reino y que juzgará a los vivos y a los muertos, te doy este solemne encargo: Predica la palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno, corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar. 2 Timoteo 4: 1, 2, NVI.
En mi trabajo como colportor conocí a un buen hombre que era pastor de la Iglesia Pentecostal. Luego de mi presentación, hizo el pedido del libro Guía médica moderna. En las siguientes visitas, me hizo muchas preguntas acerca de mi fe. Con la ayuda de Dios respondí todas sus preguntas de manera clara con la Biblia, y en 2005 decidió ser bautizado y unirse a la iglesia Adventista. Hoy es un colportor. Cuán ciertas son las palabras de Elena de White: «Muchos están aguardando a que se les hable personalmente… Si somos creyentes, esta obra será nuestro deleite» (El Deseado de todos las gentes, p. 115).
En 2006 conocí a Joseph, pastor de la iglesia Unida de Cristo. Le di el catálogo, y luego de leerlo hizo un pedido de varios materiales de la serie Salud y hogar. Estaba interesado en estudios bíblicos, así que me ofrecí, muy feliz, para enseñarle la Biblia. Pronto nos convertimos en buenos amigos. No pasó mucho tiempo antes de que sellara su compromiso con Cristo mediante el bautismo. Alabo a Dios por haber experimentado personalmente lo que Elena de White dijo: «Uno de los medios más eficaces por los cuales se puede comunicar la luz, es por el esfuerzo privado y personal… en los hogares de nuestros vecinos, la lado de los enfermos muy quedamente podemos leer las Escrituras y decir una palabra en favor de Jesús y la verdad. Así podemos sembrar una semilla preciosa que brotará y dará fruto» (El servicio cristiano, p. 149).
Hace poco entregué el libro Remedios naturales a un cliente. En su casa lo estaba visitando un pastor pentecostal, así que le mostré nuestro catálogo también al pastor. Luego de mirarlo cuidadosamente, eligió la colección Mis amigos de la Biblia, libros que desarrollan el carácter. Con el tiempo, expresó el deseo de recibir estudios bíblicos, «si es que teníamos tiempo para él». ¡Por supuesto que teníamos tiempo! Al estudiar, él mencionó que estaba atónito al ver que todo lo que creemos está basado en la Biblia. Cuando le di la tarjeta de compromiso, la firmo, y en mayo de 2011 fue bautizado. Hoy, también es un colportor.
Verdaderamente, «En todo el mundo, hay hombres y mujeres que miran fijamente al cielo… Muchos están en el umbral del reino esperando únicamente ser incorporados a él” (Elena de White, El evangelismo, p. 216). Si estamos preparados y atentos a las oportunidades que abundan, podremos alcanzar a predicadores eficazmente. Muchos miran anhelosamente al cielo —En todo el mundo, hay hombres y mujeres que miran fijamente al cielo. Oraciones, lágrimas e interrogaciones brotan de las almas anhelosas de luz en súplica de gracia y de la recepción del Espíritu Santo. Muchos están en el umbral del reino esperando únicamente ser incorporados a él.
Virgilio Diasen, Filipinas
Tomado de: Matinal para Colportores 2015
«Encuentros con la gracia de Dios»
Compilado por Howard Faigao