sábado , 22 marzo 2025
Matinal Para Damas 2015

Al paso de los niños

Yo me iré poco a poco al paso del ganado que va delante de mí, y al paso de los niños. Génesis 33:14

Jacob había pasado por una de las crisis más grandes de su vida. Durante años había temido el encuentro con su hermano Esaú, quien había jurado matarlo por haberle robado el derecho de primogenitura. Finalmente, los hermanos se reunieron sin que Esaú y sus hombres se violentaran. Al contrario, después de tantos años de ausencia, esa fue la oportunidad para expresar afecto mutuo. Pero a la hora de partir, Jacob pidió a su hermano que le permitiera avanzar al “paso de los niños”, que no podían seguir la marcha de los adultos. Luego de tanta insistencia, el hermano mayor accedió a la petición de Jacob,

Uno de los grandes peligros en la vida de un hogar es ignorar “el paso de los niños”; ellos no pueden ir al mismo paso que los adultos. Para muchas madres, a veces, resulta muy complicado tener que “esperar” a los niños cuando se rezagan en el camino. En medio de los cientos de actividades de la vida, a veces quisiéramos que toda la familia entendiera a la perfección todo lo que nosotras estamos pensando. Pero no es así. Eso es particularmente cierto en el caso de los niños. Ellos exigen nuestra paciencia y atención especial. Al respecto, dice Elena G. de White: “Es un error rehusar enseñar a los chicos poco a poco. Mantened con vosotros a esos niños. Permitidles que hagan preguntas y respondedles con paciencia. Dadles algo que hacer a vuestros pequeños, y que tengan la felicidad que se deriva de suponer que os están ayudando” (Conducción del niño, cap. 20, p. 124).

Asimismo, en muchas ocasiones, las actividades de la iglesia están saturadas de eventos para adultos, pero muy pocas toman en cuenta a los más pequeños. Sin embargo, creo que la mejor inversión que el pueblo de Dios puede hacer, es precisamente en los niños, Así que hoy quiero proponer que todos en la iglesia, en la casa o en la escuela vayamos “al paso de los niños” para tener un trayecto mucho más seguro rumbo a la patria celestial. Además, Jesús nos recuerda una gran verdad: “De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mat. l8:3).

Gabriela Hernández de Medina.

Tomado de: Lecturas devocionales para Damas 2015
“Jardines del alma”
Por: Diane de Aguirre

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