viernes , 23 mayo 2025
Matinal Para Colportores

A la Manera del Señor

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Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, aun a sus enemigos hace entrar en paz con él. Proverbios 16:7.

Taisia estaba trabajando en el Cáucaso Norte con una mujer de la iglesia local. Un día, fueron de departamento en departamento de un edificio sin vender nada. Ya estaban cansadas, y la compañera de Taisia le dijo: “Quizá deberíamos irnos a casa», pero Taisia quería trabajar un poquito más, así que golpearon la siguiente puerta, y una mujer abrió y les dijo: «¡Por favor, pasen!”

Las dos mujeres se sorprendieron ante el amable recibimiento. Taisia tenía “El Conflicto de los Siglos” en la mano, y la mujer le dijo: «¡El mismo Dios te ha enviado!” La mujer, cuyo nombre era Tatiana, agregó: «Tengo algunos libros de Elena de White, y quiero darte mi diezmo».

Tatiana había recibido un ejemplar de “El Conflicto de los Siglos” en 1999. “Cuando leí el libro —dijo-, sentí que me había quitado un velo de los ojos. Me di cuenta de cuán pecadora era, y comencé a orar a Dios pidiéndole que me limpiara. Él fue haciendo desaparecer mis pecados, uno a uno. Había fumado durante 42 años, pero sabía que Dios podía ayudarme a terminar con ese y otros hábitos”.

Tatiana comenzó a leer la Biblia y aprendió acerca del diezmo: «Entendí que debía devolver el diezmo a Dios, así que comencé a separarlo, aunque no sabía adónde llevarlo» —explicó.
Taisia aceptó estudiar la Biblia con Tatiana, y pronto una de sus amigas se unió a ellas. En marzo de 2010 ambas mujeres fueron bautizadas en la Iglesia Adventista. Hoy, Tatiana es una Colportora activa y varias personas se reúnen en su casa para estudiar la Biblia.

Taisia dice a menudo: «¡Alabado sea Dios!» Estas palabras se han convertido en su frase preferida. Aunque su vida no ha sido fácil, su increíble optimismo sorprende hasta a los cristianos. Cuando se convirtió al adventismo, sus parientes pelearon para sacarla de «la secta». Finalmente, la mayoría de ellos la abandonaron. Su esposo la dejó por otra mujer. Luego, los médicos descubrieron que tenía cáncer, pero Dios la sano, como prometió en su Palabra. Ella es un testimonio vivo del poder de la promesa de Proverbios 16:7.

Hace poco hubo una campaña evangelística en la ciudad de donde proviene Taisia, y ella decidió volver para visitar a sus parientes. Fue muy bien recibida y pudo dejarles algunos libros espirituales para que leyeran. «¡Alabado sea el Señor!»

Lyudmila Berdnikova, Rusia

Tomado de: Matinal para Colportores 2015
«Encuentros con la gracia de Dios»
Compilado por Howard Faigao

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