Todo lo que ella necesitaba
Así fue expulsado el gran dragón, aquella serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, y que engaña al mundo entero. Junto con sus ángeles fue arrojado a la tierra. Apocalipsis 12: 9, NVI.
Annie es colportora que no teme a los perros. Cuando la entrené para vender libros, ella me entrenó para tratar con los perros. Así que cuando vi a Psycho, un pitbull que corría hacia el portón como una flecha, no me inmuté, La dueña de Psycho, Tania, salió para atenderme, y descubrí que era muy amable aunque decía ser satanista.
Le conté que una vez yo había sido como ella, y le mostré un tatuaje satánico que me hice en el tobillo cuando tenía dieciséis años. Ella dijo que tenía “onda”.
Luego le conté cómo más tarde me arrepentí de haberme hecho ese tatuaje, pero cuando trate de removerlo, no pude; así que me hice un tatuaje de una cruz en el otro tobillo, para contrarrestarlo.
Le dije que Jesús me había llevado a la cruz y cómo le había entregado mi vida, ella se emocionó comenzó a abrir su corazón. Me contó del abuso físico y sexual que sufrió de bebe, y me mostró las cicatrices que quedaron en sus muñecas cuando trato de atentar contra contra su vida. Yo tenía lágrimas en mis ojos mientras le decía cuanto la amaba Dios, y cuan eficazmente el podía curar el dolor de su alma.
Todavía no le había mostrado a Tania los libros que tenía conmigo, pero oré para que el Señor me inspirara que decirle. EI Espíritu me indicó: «Simplemente muéstrale los libros”. Eso hice, Y a ella le encantaron. Los quería, pero no tenía dinero. Su esposo era camionero y el guardaba el dinero. Como él conducía durante la noche dormía durante el día y no se despertaría hasta las 18:00.
Oré una vez más, porque realmente quería que ella tuviera los libros. Noté que a pesar de su dolor, le estaba abriendo su corazón a Dios. En ese momento una cabeza se asomó detrás de la puerta y una voz exclamó: “Hey, ¿qué estás haciendo?» y desapareció.
Tania corrió detrás de él, lo trajo y le dijo que deseaba comprar esos libros. El me miró, y yo hice unía breve y convincente presentación. Después de pensar, el esposo le dijo: “solo puedes gastar 20 dólares a la semana. Eso es todo”. Alabado sea Dios, realmente ¡eso era todo lo que necesitaba!
Adam Weal, Nueva Zelanda
Tomado de: Matinal para Colportores 2015
«Encuentros con la gracia de Dios»
Compilado por Howard Faigao
