Matinal Para Adultos 2015 Para el: 26 septiembre
“Pero como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre, pues como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del hombre” (Mateo 24:37-39).
Jesús convirtió en una señal de los tiempos la analogía entre el tiempo del fin y la época antediluviana. Elena de White describe así los días de Noé: “Cualquiera que codiciaba las mujeres o los bienes de su prójimo, los tomaba por la fuerza, y los hombres se regocijaban en sus hechos de violencia. […] hasta que llegaron a considerar la vida humana con sorprendente indiferencia” (Patriarcas y profetas, p. 71). Es verdad que hoy muchas actitudes inmorales o corruptas toman formas más sofisticadas y sutiles que entonces y que, bajo el manto de la igualdad, la libertad, la emancipación y la superación de tabúes, la sociedad contemporánea está endosando prácticas abiertamente contrarias a las buenas costumbres, al equilibrio y al bien común de las mayorías. Algunas de estas rupturas son incluso contra natura, es decir, contra las leyes inveteradas que siempre nos dictó la naturaleza, por ejemplo, el matrimonio entre personas del mismo sexo.
¿Podemos dar a estas prácticas rango de señal de los tiempos como dijo Jesús? Sin duda, porque representan la mutación de las cosas que parecían tener estado fijo, por su generalización y aculturación, y por las consecuencias funestas que se les atribuyen. Te propongo un sencillo ejercicio: toma un periódico, un número cualquiera, y consigue tres rotuladores de color rojo, verde y negro; comienza a pasar sus páginas y lee los titulares. Cada vez que encuentres una noticia que tenga que ver con la violencia (crímenes, terrorismo, robos, secuestros, asesinatos, guerras, revoluciones, agresiones) pon una señal roja; cada vez que encuentres noticias que tengan que ver con la corrupción, la inmoralidad, la deshonestidad, el soborno, pon una señal verde; y cada vez que encuentres una noticia que tenga que ver con otras señales (hambres, terremotos, enfermedades, angustia de gentes, persecuciones religiosas) pon una señal negra. Haz el recuento. ¿Cuál es el resultado? Una descripción estadística sorprendente de la crónica de un día de nuestro tiempo, un grito desgarrador, apremiante de las señales del fin. Como en los días de Noé, este es el tiempo en que estamos viviendo.
Permanece atento a las señales, porque hay un Dios en los cielos… que pronto regresará a la tierra.
Tomado de: Lecturas devocionales para Adultos 2015
«Pero hay un Dios en los Cielos»
Por: Carlos Puyol Buil
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