Matinal Para Colportores Para el: 28 septiembre
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Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo. Salmo 23:4.
Por mucho tiempo oré por una oportunidad para trabajar en Noruega. Había escuchado muchas historias y visto la diferencia en colportores que habían trabajado allí. Finalmente, recibí esa oportunidad en 2011. Le pedí a Dios que me hiciera un colportor exitoso, pero no estaba preparado para algunas reacciones de la gente.
Un colportor me había dicho que el secreto para colportar en Noruega es acostumbrarse a la expresión «No, gracias»; y, de hecho, la mayoría de las reacciones de nuestros clientes comenzaban con la frase “No, gracias». Esta experiencia no es la excepción.
Un día, golpeé la puerta de una casa. Me presenté ante la mujer que me atendió y realicé mi presentación de un minuto. Ella escuchó, y con una mirada antipática me dijo «No. gracias», y cerró la puerta.
Eran las 18:00 y yo no había vendido ni un libro. Me alejé de la casa, y estaba por encender mi motocicleta cuando, de repente, empezó a llover con fuerza, “¿Qué hago?» —pensé. Empujé mi moto hasta la vereda de la casa en la que acababa de recibir ese «No. gracias», y me quedé allí sosteniendo mi paraguas para proteger mis libros y a mí mismo de la lluvia.
Poco después, la mujer y su esposo salieron de la casa, entraron en su auto, y se fueron. La lluvia continuó durante 45 minutos. Cuando la pareja volvió me encontró todavía allí de pie junto a su casa. La mujer entró sin decir una palabra, pero el hombre me invitó a pasar, así que lo seguí y comenzamos a charlar. Me preguntó quién era y que estaba haciendo. La conversación fue buena, y al final me dijo que quería comprar dos libros. Yo pensé: «Con seguridad, fue el Señor que cambió su actitud». Todo lo que podía hacer era agradecerle a Dios por la lluvia.
Demasiado a menudo vemos solo obstáculos. No había vendido ni un libro, era tarde, la lluvia no era conveniente, y yo estaba impaciente. La situación no parecía ser prometedora, y aun así terminé el día vendiendo nueve libros.
Querido hermano colportor, ¡ánimo! Dios está con nosotros por más bajo, difícil y oscuro que sea el valle.
Fulgenzio Michael Mgimwa. Tanzania (trabaja en Noruega)
Tomado de: Matinal para Colportores 2015
«Encuentros con la gracia de Dios»
Compilado por Howard Faigao
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