Una audacia santa
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Todos fueron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban la palabra de Dios sin
temor alguno. Hechos 4:31, NVI.
Justo cuando estás a punto de darte por vencido es cuando llega una bendición» —dijo Constance Mlondiwa. Esta es una de las lecciones que aprendió mientras trabajaba como colportora hace muchos años, “Aprendí esta lección de una manera sorprendente un día mientras colportaba de casa en casa en Kliptown» —recuerda la ex profesora de 63 años.
«Una familia tras otra rechazaban mi propuesta de sentarnos para mostrarles mis libros» —dice. Estaba tan frustrada que pensó en dar por terminado el trabajo y volver a casa. Sin embargo, llegó a una casa que marcó la diferencia que ella aprecia hasta el día de hoy.
«De esa casa salió una mujer que, al verme a la distancia, exclamó: “Sea lo que sea que estés vendiendo, no me interesa” —recuerda Connie. Como no quería desaprovechar una oportunidad, Connie le dijo a la mujer que quería hablar acerca de salud. «Yo no tengo ningún problema de salud» -respondió la mujer.
Connie estaba a punto de darse por vencida, cuando pronunció las palabras: «¿Y su hábito de fumar?» Ella no sabe de dónde sacó la audacia para decir eso de una manera tan directa, pero la mujer se detuvo en seco, y le preguntó: “¿Qué pasa con mi hábito de fumar? ¿Tiene algo de malo?» Y así fue como la mujer invitó a Connie a pasar a su casa y Connie le habló de los peligros de fumar y cómo podía abandonar ese hábito, si lo deseaba. Así comenzó una amistad que continúa hasta hoy.
“De mensajes de salud pasé a temas espirituales” —dice Connie con una sonrisa. Finalmente, anotó a su clienta en el curso de la escuela por correspondencia de La Voz de la Profecía, que ella acaba de finalizar. La mujer ha expresado su convicción tanto por el sábado como día de adoración como por el bautismo por inmersión, dos temas que había tratado como irrelevantes al principio. La clienta de Connie, además, le presentó a dos de sus amigas, que también compraron algunos libros de salud.
Connie concluye su historia con seguridad: «He visto la mano de Dios cuando mi clienta descubrió la verdad, y sé que es una cuestión de tiempo que ella tome una decisión a favor del Salvador”.
Gift Mweemba, Sudáfrica
Tomado de: Matinal para Colportores 2015
«Encuentros con la gracia de Dios»
Compilado por Howard Faigao
