Matinal Para Colportores Para el: 28 agosto
El fruto de la justicia es árbol de vida, pero el que arrebata vidas es violento. Proverbios 11:30. NVl.
Un día estaba visitando casas en una región montañosa que requería subir muchas escaleras para llegar a cada hogar. Como mi compañera, Brenda, no podía subirlas empinadas escaleras, dejó que yo trabajara en las laderas, y ella fue a trabajar en una zona diferente de la ciudad. En una de estas casas de las laderas conocí a Marcia, una mujer que la sentí como muy especial. Tenía dos niños y esperaba un tercero. La presentación avanzó bien, y al final hizo un pedido de la Enciclopedia de los alimentos y su poder. Luego de orar con ella, le prometí que volvería, y me fui.
Disfrutaba mucho de visitar a Marcia porque ella siempre hablaba de su amor por Dios. A ella le gustaba que compartiera versículos bíblicos y orara con ella. Descubrí que conocía el cuarto mandamiento y creía en la verdad del sábado. Con el paso del tiempo compro varios libros, y también su hermano compró libros, incluyendo Vivir para Triunfar y La Próxima Superpotencia Mundial.
Tiempo después, un miembro de la Iglesia Adventista de Tunapuna invitó a Marcia a la iglesia, y ella asistió. Luego del nacimiento de su hijo, continué estudiando y orando con su familia. Estuve con ella cuando paso por ciertos desafíos personales, y me expreso su agradecimiento como a otros adventistas que la visitaron. Nos dijo que las personas de su iglesia no la visitaron cuando estuvo enferma. Gracias a nuestras regulares visitas, decidió que cuando se mejorara asistiría a nuestra iglesia.
Los miembros de la iglesia de Tunapuna continuaron en contacto con ella, y algún tiempo después, cuando hubo una campaña evangelística, Marcia asistió y llevó a su hermano Marlon consigo. Cuando se hizo un llamado para estudiar la biblia y bautizarse, ambos aceptaron. Semanas después fueron bautizados. Junto con el hijo mayor de Marcia. Hoy están felices de ser adventistas, y disfrutan de servir al Señor y de guardar el sábado. Otras 12 personas fueron bautizadas en esa campaña, y me contacte con todos ellos mediante el ministerio del colportaje. Ver como esas personas le dieron su corazón al Señor y pasaron por las aguas bautismales, me hizo muy feliz. ¡Cuánto gozo se siente al ser un instrumento de Dios para la salvación de otras personas!
Gertrude Rajnauth. Trinidad y Tobago
Tomado de: Matinal para Colportores 2015
«Encuentros con la gracia de Dios»
Compilado por Howard Faigao
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