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Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. Juan 8:32, NVI.
En 1976 leí un libro titulado: “Nueva África” y descubrí la verdad sobre el sábado. Antes de eso, no conocía a los adventistas ni el verdadero día de reposo. Un poco después, me hice amigo de un adventista. Él me invitó a asistir a su iglesia, pero me negué por mucho tiempo. Sin embargo, al pensar en lo que habla leído en el libro, decidí aceptar la invitación y ver cómo era esa iglesia.
Aunque pertenecía a otra denominación cristiana que adoraba el domingo, había compartido la información de ese libro con varios de mis amigos de la iglesia. Cuando finalmente decidí asistir a la iglesia Adventista ¡26 de mis amigos de la iglesia fueron conmigo! En ese día, el predicador presentó un mensaje acerca del sábado. AI final del servicio, el predicador invitó a cualquier persona que estuviera interesada en el bautismo a que se acercara al frente. Yo me paré y camine hacia la plataforma ¡junto con mis 26 amigos! Tomamos clases bautismales como grupo y fuimos bautizados.
Elena de White escribió lo siguiente en El colportor evangélico: “Se me ha indicado que aun donde la gente oye el mensaje del predicador, el colportor debe realizar su obra en cooperación con el ministro: porque aunque el predicador presente fielmente el mensaje, la gente no lo puede retener todo. La página impresa es, por lo tanto, esencial, no sólo para despertarlos y hacerles comprender la importancia de la verdad para este tiempo, sino también para arraigarlos y fundamentarlos en la verdad, y corroborarlos contra los errores engañosos” (p. 103).
Le agradezco a Dios por la página portadora del mensaje que me convirtió a mí y a mis amigos a la verdad del sábado. También le agradezco a Dios por el pastor que predicó acerca del sábado. Dios utilizó ambos métodos para guiarnos a los 27 a aceptar a Cristo como Señor y Salvador, y ser bautizados.
Luego de mi bautismo, me uní al grupo de colportores. Mi objetivo era alcanzar a otros con el mismo mensaje que nos había guiado a mí y a mis amigos a la verdad. Apenas comencé a colportar, el Señor bendijo mi ministerio. Durante once años he sido el que vende más libros en mi territorio, y por medio de esos encuentros divinos llevé a muchas personas a Cristo. Oro para que Dios continúe bendiciendo el ministerio de las publicaciones y que muchas personas más se acerquen a él mediante la página impresa.
Ezekiel Munyashongore, Ruanda
Tomado de: Matinal para Colportores 2015
«Encuentros con la gracia de Dios»
Compilado por Howard Faigao
