Matinal Para Colportores Para el: 05 agosto
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Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos
de angustia. Salmo 46:1, NVI.
El viernes 22 de julio de 201l amaneció hermoso. No había viento ni nubes amenazadoras. Todo estaba tranquilo. Parecía un gran día, lleno de esperanza; pero sobre mí se perfilaba una amenazadora sombra de muerte. Luego de mi devoción personal y de orar, me fui a trabajar. Como de costumbre, tenía citas para presentarles libros nuevos a posibles clientes. Luego de visitar a algunos de ellos en la ruta hacia Clercine, viajé hacia Dalmas, donde sería víctima de un serio accidente.
Al mediodía decidí almorzar en un restaurante conocido. Mientras esperaba mi comida, un cable eléctrico de alto voltaje se rompió y cayó sobre mi. Inmediatamente perdí la consciencia. Después de varios días de estar inconsciente en el hospital, recuperé mis sentidos y vi que el 90% de mi cuerpo estaba cubierto con vendas. Cuando la gente escuchó que estaba consciente, muchos vinieron a visitarme al hospital. Aquellos que habían presenciado el accidente me dijeron que mi cabeza, rostro, brazos y espalda parecían una antorcha flameante cuando el cable me tocó. Nadie pensó que sobreviviría. Casi morí, ¡pero Dios tenía otros planes para mí! Luego de dos meses en el hospital Bernard Meuz, puedo alabar a Dios con todas mis fuerzas pues mi cuerpo está totalmente recuperado.
Durante este trágico accidente, el Señor estuvo conmigo. Él siempre está con sus siervos, incluso en medio del fuego. Alabaré al Señor por todo lo que hizo por mí y mi familia durante esos dos meses de recuperación en el hospital. ¡La bondad del Señor no tiene límites!
Quizá no siempre sepamos o entendemos por qué nos suceden algunas cosas terribles, especialmente cuando estamos trabajando para él, pero podemos creer que él siempre es fiel en cumplir sus promesas.
Querido colega que trabajas en la viña del Señor, recuerda que nunca estás solo. Sea lo que fuere que te suceda, continúa siendo un colportor valiente ante las dificultades y los desafíos. Él es nuestro «amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones». Su misericordia se extiende más allá de la tumba, si ése fuera nuestro fin.
Rémy Thermonfils. Haití
Tomado de: Matinal para Colportores 2015
«Encuentros con la gracia de Dios»
Compilado por Howard Faigao
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