Pues Dios es el que produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad. Filipenses 2:13, NVI.
Un día, mientras colportaba de casa en casa, sonó mi teléfono celular. Cuando contesté, me enteré de que mi hermano había empeorado en su lucha contra una enfermedad mortal. La medicación que estaba tomando no le hacía efecto.
Por supuesto, yo quería ayudarlo física y espiritualmente. Pensé que quizá querría leer, así que tomé un librito llamado “En búsqueda del día de reposo”, y un poco de polvo de carbón que pensé le podría ayudar, y me dirigí a la casa de mi hermano. Al llegar ore en voz alta por mi hermano y le pedí que tomara el polvo de carbón.
El aceptó y, como no podía quedarme mucho tiempo, le di el librito y le recomendé que lo leyera. Al día siguiente me llamó Y me preguntó: “Hermana ¿qué era ese polvo negro que me diste? ¡Solo tomé un poco y me sentí mejor casi instantáneamente!» Luego agregó: ‘Después de leer el librito que me dejaste, me entusiasmé tanto que casi no pude dormir». Esta fue la primera vez que el mostró interés en algo espiritual.
Mi hermano todavía no estaba bien, pero parecía estar mejorando así que lo invite a venir y estudiar la Biblia conmigo. “Solo esta vez» —le dije esperando que aceptara venir sin sentir que se estaba comprometiendo. Él aceptó y llegó con su esposa. Durante ese estudio bíblico, ambos mostraron un nuevo interés en las verdades de la biblia. Alabo al Señor por el poder de un libro pequeño, que por pequeño no le damos mucha importancia. A veces, todo lo que necesitan algunas personas es ver un destello de la verdad, y abren sus corazones al toque del Señor.
Poco después, luego de mas estudios, mi hermano y mi cuñada fueron bautizados fueron bautizados. Con el tiempo, sus dos hijos aceptaron la verdad y también fueron bautizados.
La verdad se esparció a otros en la familia y dos parientes más sellaron su pacto con Dios, mientras que dos más están estudiando la Biblia.
Dios estaba trabajando en mi “el querer como el hacer» en el momento adecuado. ¡Alabado sea su nombre!
Mi Sook Go, Corea del Sur
Tomado de: Matinal para Colportores 2015
«Encuentros con la gracia de Dios»
Compilado por Howard Faigao