Hacia lo desconocido
[soundcloud id=’219056026′]
Se le acercó un maestro de la ley y le dijo: —Maestro, te seguiré a dondequiera que vayas. —Las zorras tienen madrigueras y las aves tienen nidos -le respondió Jesús- pero el Hijo del hombre no tiene dónde recostar la cabeza. Mateo 8:19, 20, NVI.
La experiencia que este versículo describe es una fuente de inspiración acerca de los llamados de Dios. A veces, la responsabilidad que los siervos de Dios reciben al convertirse en fieles mensajeros requiere que dejen atrás la estabilidad y la sensación de seguridad que gozaban.
Leidinaldo de Jesús es un ejemplo típico de alguien que dejó su seguridad para convertirse en un colportor. Él era el gerente de un restaurante con experiencia en el rubro. También era un adventista dedicado, un líder local activo, y disfrutaba del respeto y la credibilidad de los demás miembros de iglesia y colegas.
Un día lo invitaron a asistir a un programa de reclutamiento de colportores en un distrito cercano. Mientras participaba del programa, Leidinaldo sintió el llamado de Dios a unirse al ministerio de las publicaciones. Luego de tomar la decisión. Su director le advirtió que pronto llegarían ofertas tentadoras y pruebas que intentarían alejarlo de la decisión de ser un mensajero de la página impresa.
Al día siguiente, el dueño del restaurante contactó a Leidinaldo y le ofreció un trabajo como gerente de un restaurante en la ciudad de El Salvador. Después de mucha oración, Leidinaldo se dio cuenta de que el mayor propósito de Dios para su vida era que se uniera al ministerio del colportaje. Y así lo hizo, dedicándose por completo al llamado.
Luego de algunos años de servicio dedicado a este ministerio, y de demostrar una gran habilidad para el liderazgo, ascendieron a Leidinaldo a director asistente. Actualmente se dedica a orientar y aconsejar a otros acerca de la importancia del llamado de Dios y cómo ser un colportor sobresaliente.
Dios sigue llamando a hombres y mujeres a comprometerse con su obra. La respuesta a este llamado puede no ser lo que habías soñado para tu vida, pero con seguridad te traerá recompensas que te darán grandes satisfacciones, tanto ahora como en la eternidad.
José Erinaldo Lima. Brasil
Tomado de: Matinal para Colportores 2015
«Encuentros con la gracia de Dios»
Compilado por Howard Faigao
