Matinal Para Colportores Para el: 06 agosto
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Un hombre que tenia lepra se le acercó y se arrodilló delante de él. ——Señor, si quieres, puedes limpiarme —le dijo. Mateo 8:2, NVI.
Abiel Lesson Mchenga comenzó a trabajar como secretario de un juzgado en 1976 en la municipalidad de Zomba. Al poco tiempo, su vida era beber, fumar, y estar con mujeres. No tenía tiempo para Dios. Una auditoría de su oficina en 1980 dejó al descubierto que había malversado una gran cantidad de dinero. Esto llevó al arresto, y fue sentenciado a catorce años de trabajo forzado.
La vida en la cárcel era insoportable por las escasas raciones de comida, las celdas abarrotadas, y el rápido contagio de enfermedades como la sarna. Muchos de los internos eran criminales endurecidos. Para ellos la cárcel era un segundo hogar, y no parecían preocuparse por estar allí. Este no era el caso de Abiel. Se sentía completamente fuera de lugar en la cárcel, y se arrepentía de haber malversado el dinero del gobierno. No tenía esperanza. Estaba seguro de que nadie se preocupaba por él.
Luego de estar un mes en la cárcel. Abiel recibió algunos libros que un colportor había donado, incluyendo El conflicto de los siglos, y las versiones en Chichewa de La Biblia simplificada, El camino a Cristo, y Una luz en la oscuridad. Luego de leer estos libros, Abiel se dio cuenta de que era un pecador y necesitaba un Salvador. Cuando descubrió la verdad del sábado decidió observarlo, aún en la cárcel. Conoció a algunos prisioneros que eran miembros de la iglesia Adventista y comenzó a adorar con ellos. Más tarde fue bautizado por el pastor de una iglesia cercana.
Abiel le pidió a sus nuevos amigos que oraran por él, para la reducción de su sentencia, así podría salir de la cárcel y servir al Señor. Ellos se unieron a él en oración, y Dios respondió. Después de un tiempo redujeron su sentencia a ocho años y un poco después a tres años. Él estaba increíblemente gozoso por la respuesta de Dios a su oración. Este «leproso” estaba limpio.
Cuando fue liberado de la cárcel en l985, Abiel se unió el ministerio de las publicaciones porque Dios había usado ese ministerio para salvar su vida. Hoy es un colportor en el centro de Malawi. Ama compartir los libros que cambiaron su vida con todo aquel que acepte leerlos.
Goodwell Nakawole. Malawi
Tomado de: Matinal para Colportores 2015
«Encuentros con la gracia de Dios»
Compilado por Howard Faigao
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