Matinal Para Colportores Para el: 03 agosto
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Pero Dios llamó al hombre y le dijo: —¿Dónde estás? Génesis 3:9, NVI.
Si se pudiera resumir la Biblia en una sola frase, sería: «Dios busca». De comienzo a fin vemos a Dios buscando a los seres humanos donde ellos se encuentran, y eso es lo que le sucedió a Arlan Leáo, de Recife, Brasil. Ésta es su historia.
«Busqué al Señor de iglesia en iglesia, de libro en libro. Una mañana, temprano, luego de leer Santiago 1: 5-8, le pedí al Señor sabiduría para que su Luz me guiara a la verdad. Oré sin dudar de que recibiría esa luz. Estaba cansado de ser engañado.
“Ese día fui a trabajar convencido de que el Señor respondería mi oración. Cerca del mediodía un hombre se me acercó con algunos libros. Parecía cansado, como si hubiera caminado mucho: pero tenía una sonrisa hermosa, una apariencia humilde, y sus palabras fueron pocas pero efectivas. Pensé que era un buen precio, así que elegí el libro Tiempo de esperanza, de Mark Finley. El hombre me deseó una bendición y se fue. Yo sentía que había hablado con un ángel.
«Comencé a leer el libro con ansias, pero cuando me di cuenta de que aconsejaba guardar el sábado, dejé de leerlo. Sin embargo, camino a casa, en el colectivo, comencé a leerlo de nuevo. Rápidamente reconocí algunas verdades y no pude dejar de leerlo completamente. Mi gozo no tenía límites: ¡Dios había contestado mi oración! Alabé a Dios por el ángel que me había vendido el libro, y le pedí perdón por mis errores. Comencé a guardar el sábado de medianoche a medianoche, y quise saber más acerca de los adventistas del séptimo día.
“Compartí este mensaje con mi esposa, Marcia. Ella se resistió al principio, pero al poco tiempo también se entregó a la verdad de las Escrituras. Finalmente, fuimos bautizados, y hoy estamos educando a nuestras hijas para que crezcan en Jesús.
«Ahora sé que el hombre era un colportor. Creo firmemente que los ángeles de Dios lo guiaron hacia mi, porque ese libro cambió mi vida y mi familia. Le agradezco a Dios por el maravilloso ministerio del colportaje. Para mi fue fácil entender las verdades que ese libro tenía, el cual llegó a mi gracias a ese ‘ángel’ colportor”.
Arlam Leao buscó al Señor, pero fue Dios quien lo encontró y lo salvó. ¡Qué seguridad y gozo es saber que Dios siempre está buscando a sus hijos!
Flavio Henrique de Ollueira. Brasil
Tomado de: Matinal para Colportores 2015
«Encuentros con la gracia de Dios»
Compilado por Howard Faigao
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