Una mente sin igual
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Experimenta: ¿Quisieras tener una mente brillante? Sabrás el secreto.
Hacía apenas un minuto, todo eran risas. La fiesta, con sus mil invitados, era un éxito según el rey Besalsar. Se divertían tanto bebiendo vino en los vasos de oro del Templo y adorando a sus dioses entre risas y carcajadas, pero los sorprendió una mano que escribía en la pared. ¿De dónde salió? Por un momento pensó que lo que veía era debido al alcohol. Pero no era así, y sintió pánico.
Esa mano dejó una escritura que ninguno de los presentes, incluso el rey, podía entender. Asustado, gritó y pidió que alguien la descifrara. Todos los sabios del reino aceptaron el reto de la escriura. Su sabiduría no les dio más que para responder: «Lo sentimos mucho, Su Majestad; no sabemos qué dice».
La reina le recordó que, de todos los sabios del reino, había uno con una mente brillante que no se había presentado. En tiempos del padre de Belsasar, había sido jefe de todos los sabios. La reina sugirió que lo mandara llamar. Ese hombre era tan sabio e inteligente que podría resolver cualquier asunto o misterio. Su inteligencia no era de este mundo. Se llamaba Daniel.
Daniel fue llevado ante el rey en aquel gran salón. Belsasar le prometió muchos lujos y que los nombraría el tercer gobernante de su reino, si podía descifrar el mensaje. «Puede quedarse con sus regalos», le respondió Daniel, y en aquel mismo instane descifró el mensaje, que era de Dios. El tiempo del rey se había terminado: se había burlado del Señor y perdería todo, hasta la vida. Esa noche, Belsasar murió.
La reina acertó. Daniel tenía una mente brillante. Dios se la había dado y él lo reconocía siempre. Sabía que sin Dios, nada valía. Si ese día Daniel hubiera ido sin Dios ante el rey, no habría podido con el mensaje de la pared.
«Había un espíritu extraordinario e inteligencia y ciencia para entender el significado de los sueños, explicar el sentido de las palabras misteriosas y resolver los asuntos complicados» (Daniel 5:12)
Tomado de:
Lecturas Devocionales
para Menores 2015
“Ciencia divertida
para cada día”
Por: Yaqueline Tello Ayala
