Una Hielera con Sorpresa
Sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Mateo 23:27
Ese día saldría con mi esposo y mis hijos hacia una serie de reuniones ministeriales, y necesitaba una hielera o nevera pequeña para conservar los alimentos durante el viaje. Fui a una tienda de segunda mano que está cerca de mi casa, y encontré una sin uso y a un precio que me alegró el día.
La cajera abrió la hielera y vio dentro un paquetito azul. Como parecía uno de esos congelantes que vienen en una bolsita de plástico flexible, lo dejó allí.
Cuando abrí la hielera en casa, tomé el paquete que estaba dentro y desenrollé casi seis metros de plástico azul que envolvía un sobre transparente con unas flores secas. “Parece popurrí”, comentó mi esposo.
Cortamos una esquinita del paquete, con cautela, y salió un olor dulce e intenso que me dejó mareada. “¡Esto es marihuana!”, le dije, asustada. “¡No creo que eso sea marihuana”, respondió él.
Le pedí que fuera conmigo a entregarlo a la estación de policía; allí nos enteraríamos de qué había en el extraño paquete. ¡El oficial confirmó que era marihuana, con un valor de más de seiscientos dólares! La policía me devolvió la hielera. “¡No, gracias! ¡No quiero llevar a Florida nada que huela a marihuana!”, contesté.
De ese incidente obtuve una lección espiritual. Yo compré la hielera para conservar frescos mis alimentos. Se veía bien, pero contenía droga.
Como cristianos, somos llamados a ofrecer al mundo la fresca Palabra de Dios. El Señor nos insta a dar el alimento fresco que hay en nuestro corazón. Pero hay creyentes que albergan en su corazón críticas y amargura, un perfume de muerte que nos destruye así como la droga destruye el organismo de quien la consume. Por esta razón, no cumplimos con el propósito para el que fuimos llamados por el Señor: preservar fresca la Palabra en nosotros a fin de alimentar a un mundo que perece de hambre.
Quiera el Señor darnos hoy la posibilidad de ser “hieleras” útiles en su manos.
Mayra Alicea de Tirado.
Tomado de: Lecturas devocionales para Damas 2015
“Jardines del Alma”
Por: Diane de Aguirre
