El Poder de la Oración
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Oren unos por otros. La oración del justo es poderosa y eficaz. (Santiago 5: 16. NVI)
Estaba colportando en Encarnación, Paraguay. Un día fui a cobrar la última cuota a una familia que había comprado una colección de libros. Como de costumbre, antes de irme pregunté si podía orar pidiendo la bendición de Dios para ellos, y aceptaron. Yo no sabía que el hombre de la casa necesitaba trabajo. Luego de la oración, el hombre comenzó a sollozar. Me agradeció por la oración y yo me despedí y volví a mi país para continuar mis estudios.
Un año después, luego de finalizar mis estudios en teología, volví a Encarnación para trabajar como asistente de pastor en un proyecto de misión global. Un caluroso día, mientras caminaba por una calle llena de gente, una mujer me llamó: «Ey, ¿se acuerda de mí?»
Me resultaba conocida, pero no podía recordar su nombre. Ella me dijo: “Soy la Sra. Josefina, de la zona de San Pedro. Usted nos vendió algunos libros el año pasado, y luego desapareció. Lo estuvimos buscando. Venga a almorzar mañana con nosotros». Cuando ella se fue, recordé la familia, pero me empecé a preocupar de haber hecho algo mal. Al día siguiente, cuando llegué a la casa, me sorprendió encontrar un banquete. Me pregunté si sería el cumpleaños de alguien.
El hombre se puso de pie y dijo: «Preparamos esta comida especial para agradecerle por la oración que hizo el año pasado antes de irse. El día anterior a su visita había sido despedido y estaba enojado con Dios, porque pensaba que estaba siendo injusto. ¿Cómo mantendría a mi esposa y mis hijos? Pero usted oró como si supiera que Dios me daría el trabajo que necesitaba. Al día siguiente, otra empresa me llamó.
Una semana más tarde me contrataron con un salario mejor que el que tenía antes. Tres meses después me aprobaron una beca en Suiza, y hace un mes volví a casa como gerente. Hoy gano cinco veces más que antes. Quería agradecerle. Estamos tan felices de que este acá. Traiga su colección completa de libros y los compraré para mi familia y todos mis empleados».
Queridos amigos, busquen oportunidades de orar con la gente. Dios los usará como instrumentos y, además de ser bendecidos ustedes mismos, muchas personas recibirán bendiciones.
Gualberto Mamani, Bolivia (trabaja en Paraguay)
Tomado de: Matinal para Colportores 2015
«Encuentros con la gracia de Dios»
Compilado por Howard Faigao
