Matinal Para Colportores Para el: 29 julio
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Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podemos imaginamos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros, ¡a él sea la gloria en la iglesia Y en Cristo Jesús… por los siglos de los siglos! Amén. Efesios 3:20, NVl.
Mientras colportaba en Cumana, en el estado de Sucre, Venezuela, una amable mujer me invitó a pasar a su casa. Acababa de empezar mi presentación cuando ella se sorprendió y me detuvo. Le miré y vi que su rostro irradiaba gozo y felicidad.
“¡No lo puedo creer! – Exclamó-, ¡Usted es el hermano que estaba esperando!” Estudió mi rostro y dijo entusiasmada: “¡Si es usted! ¡Realmente es usted! ¡Oh alabado sea el Señor!» Al ver mi sorpresa, me explico: Hace dos años que mi esposo y yo venimos orando para que Dios nos envíe una persona que nos venda los libros de salud». Entonces me mostró que tenía un ejemplar del libro ¡Disfrútalo! Era un libro viejo y dijo que cinco de los clientes de su esposo querían el mismo libro.
Como yo no tenía más ejemplares de ese libro, le mostré los que tenía conmigo. Ella seleccionó algunos y luego de llenar un formulario de pedido y darme un anticipo le hable de otros que en ese momento no tenía conmigo. La mujer me invitó a regresar al día siguiente con todos mis libros para encontrarme con ella y su esposo. Oré con ella me fui alabando a Dios, ¡El Espíritu Santo ya había preparado el pedido!
Al día siguiente, cuando volví a su casa a entregar el resto de los libros descubrí que el esposo había leído un libro completo la noche anterior. ¡Él estaba tan entusiasmado! El Espíritu Santo estaba haciendo maravillas en ese hogar. Sin lugar a dudas ellos estaban más entusiasmados que yo con los libros. Por la gracia de Dios vendí libros por un valor de US $530 en ese hogar, y el segundo pedido fue por un valor de US $315.
Al poco tiempo comencé a estudiar la Biblia con esta pareja. El esposo está totalmente convencido de que nuestros libros eran los mejores que existen. Incluso, se los ofrece a sus clientes. Algunas veces, el Señor nos recuerda que puede hacer «todas las cosas mucho más abundante de lo que pedimos o entendemos”.
En enero del 2010 este hombre asistió con nosotros a un congreso de colportores para aprender más acerca de nuestro ministerio, y allí él y su esposa fueron bautizados en un pequeño arroyo cerca del lugar donde se estaban desarrollando las reuniones. Por la gracia de Dios, estoy seguro de que este querido hermano será exitoso en el ministerio de las publicaciones.
Orlando Caraballo, Venezuela
Tomado de: Matinal para Colportores 2015
«Encuentros con la gracia de Dios»
Compilado por Howard Faigao
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