¿Zapatos grandes?

Matinal Para Menores 2015 Para el: 13 junio

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Experimenta: Mide tu antebrazo y compara con la medida de tu pie.

Un pastor me contó en cierta ocasión una historia sobre zapatos grandes. Una señora de buen corazón decidió invertir su tiempo como voluntaria en un albergue para personas de escasos recursos en Estados Unidos. En cierta ocasión, que servían comida gratuita, notó que había un hombre muy alto en la fila. Le llamó la atención que no tenía zapatos y quizo ayudarlo. Buscó en el almacén el par más grande que había, pero no sirvieron.

La señora condujo hasta su casa preocupada por no haber podido conseguir unos zapatos adecuados al caballero. Lo comentó con su esposo, quien inmediatamente recordó que tenían guardados unos zapatos deportivos enormes que les había obsequiado y autografiado un famoso jugador de los Lakers de Los Ángeles hacía tiempo, tras un juego de apertura. Sin pensar en el valor monetario de aquellos zapatos, los tomaron y fueron a buscar a aquel hombre alto y descalzo. Para su sorpresa, todavia estaba en el albergue. Al medirse los zapatos le quedaron como si los hubieran mandado hacer especialmente para él. Aquel hombre se puso los zapatos de colección, dio las gracias y se fue sin saber siquiera su precio. Lo importante era que ya no estaba descalzo.

Dios sabía que aquel hombre necesitaba zapatos. También sabía que aquella mujer y su esposo deseaban ayudar a alguien. Entonces, con mucho tiempo de anticipación, puso en sus manos los zapatos del número exacto que necesitaría aquel señor.

Dios conoce tus necesidades mucho antes de que te des cuenta que las tienes. Ha hecho provisión para que nada te haga falta mucho antes de que se lo pidas. Aunque tus necesidades parezcan muy grandes e imposibles de satisfacer, pondrá delante de ti lo que necesitas por una sencilla razón: Dios, el dueño de las riquezas, te ama.