Matinal Para Damas 2015 Para el: 13 junio
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No menospreciéis las profecías. 1 Tesalonicenses 5:20
Dios nos dio la oportunidad, a mi esposo y a mí, de trabajar para él entre ateos; mi esposo como pastor y yo como instructora bíblica. Pedirle a un ateo que crea en Jesús es como esperar que brote agua de un frío metal. Lo único que podía abrir el entendimiento de aquellos hombres y mujeres incrédulos era confrontarlos con los cumplimientos matemáticos e históricos de algunas profecías. Por ejemplo, a Daniel se le dijo que desde la salida de la palabra para reedificar Jerusalén, hasta el ungimiento del Mesías pasarían 483 años, y que después el Mesías sería cortado (moriría) a la mitad de los próximos siete años (Dan. 9:25, 26).
Partiendo del año 457 a. C., cuando el decreto fue firmado por el rey Artajerjes, pasaron 483 años hasta el bautismo de Jesús, en la primavera de 27 d. C.; y tres años y medio después, Jesús fue crucificado.
Esta profecía se cumplió histórica y matemáticamente. No hay incrédulo que pueda refutarla. Esto prueba que Jesús es un personaje histórico, y confirma que hay un Dios omnisciente que conoce cada detalle del futuro. Conversiones asombrosas se han realizado por medio del conocimiento de las profecías.
Si a través de las profecías Dios hace que brote fe de un corazón vacío y frío como un metal, ¡cuánto más él puede hacer con la fe que ya existe en el nuestro! No apropiarnos de la fe y confianza en Dios que resulta del conocimiento profético significaría descartar una herramienta imprescindible, diseñada por Dios, para el crecimiento de nuestra fe.
El testimonio profético abunda en las Escrituras. Lo que Dios predijo que ocurriría a ciudades como Tiro, Sidón y Babilonia se cumplió. Las profecías del Antiguo Testamento acerca del Mesías se cumplieron en el Nuevo. Si tuviéramos espacio, podríamos comentar del cumplimiento de las profecías, especialmente las relacionadas con “el tiempo del fin”.
El Señor predice que mediante la fe venceremos todo obstáculo mundanal (ver 1 Juan 5:4). Es hora de acrecentar nuestra fe. ¡Estudiemos las profecías!.
Ana Rosa Chaviano.
Tomado de: Lecturas devocionales para Damas 2015
“Jardines del Alma”
Por: Diane de Aguirre
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