Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: “Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro?”. Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: “No temas, cree solamente”. Marcos 5:35, 36
Aquel viernes de mayo me sentía muy nerviosa. Debía predicar al día siguiente. ¿Sería esa la razón? Quizá, pero aquellos nervios eran diferentes; era un nerviosismo sofocante, doloroso. Les pedí a mi esposo y a mi hija que me acompañaran a caminar un rato, para relajarme. Cuando íbamos a salir, sonó el teléfono. Temblando, corrí a contestarlo. Me pareció la voz de mi hermanito menor:
–¿Abner? –pregunté ansiosa.
–No –me contestó la voz de mi otro hermano, el que acostumbraba darme las malas noticias.
Presentí que se trataba de algo terrible. ¿Quién? ¿Quién había muerto ahora?, comencé a adivinar, sin querer acertar. Mi hermano me dijo que esa era la noticia más triste que me había dado en toda la vida. De ahí en adelante no recuerdo los detalles, solo me acuerdo que dijo que mi hermano Abner estaba muerto.
–¿Se accidentó? –pregunté.
–Lo “accidentaron” –respondió.
–¿Cómo? ¿Quién?
–Nadie lo sabe.
Las tinieblas de la noche se volvieron más densas. Mi mundo cambió; por momentos, mi cerebro dejaba de funcionar. Al intentar dormir, me sobrevenían unos temblores fuertes e involuntarios.
Seis meses después, mi hermano Thelberth también fue asesinado.
¡Cuánto he deseado que mis hermanos se hubieran entregado a Cristo! ¡Cuánto quisiera saber que lo hicieron en el secreto de sus almas, y que están descansando en el amor y la esperanza del regreso de Jesús! ¿Los veré en el cielo? ¿Podré reunirme con ellos y con Jesús allá?
Una noche, mientras volvía a lamentar la tragedia, el texto de hoy hizo eco en mi corazón: “No temas, cree solamente”.
Si tú también has perdido a alguien y, a veces, te parece que ya no hay esperanza, escucha a Jesús y “no temas, cree solamente”.
Gladys Torres Terán
Tomado de: Lecturas devocionales para Damas 2015 “Jardines del alma” Por: Diane de Aguirre